"Quien crea que Chinoy seguirá siendo un proyecto acústico se equivoca". De entrada, Mauricio Castillo (31), el verdadero nombre del cantante, advierte que sus antecedentes artísticos más inmediatos transitan hacia el recambio: hace cerca de un año, su voz trémula y andrógina -perturbadora para algunos, carta de identidad para otros-, y el tosco rasgueo de su guitarra acústica ha dado paso en los shows a un sonido más amplificado y con más cuerpo, cortesía de su actual banda de músicos.

Un giro que se materializará en su nuevo disco, el segundo de estudio tras Que salgan los dragones (2009) -que posicionó su irrupción en la nueva generación de cantautores- y que desde ya asoma como uno de los lanzamientos más sobresalientes para este semestre en el circuito local.

"Será un álbum muy rockero. Todas las canciones han sido arregladas para guitarra, bajo, batería y teclados. Me gustaría que el sonido fuera más bien crudo, sin tanta sutileza, que es lo que estamos haciendo en vivo. No sé muy bien con qué pudiera emparentarse, pero claramente no es con la etiqueta de trova que nos pusieron hace cinco años", subraya el oriundo de San Antonio ante Loco medieval, trabajo de 13 canciones que verá la luz en junio y que se empezará a grabar a principios de marzo en los reputados Estudios del Sur.

Además, la producción estará a cargo de Héctor "Tito" Astete, histórico ingeniero de sonido tras algunos títulos de Florcita Motuda, Luis Jara, Ariztía y Américo, y se masterizará en los legendarios estudios Abbey Road de Londres. Con la búsqueda de nuevas texturas y con una apuesta que sube su perfil, ¿es posible ampliar el público y proyectar un salto similar al de Gepe o Manuel García? "No trabajo mucho con las expectativas. El poder de lo que hacemos está en las canciones. Muchas de ellas han sido tomadas por la gente y hoy son parte de su vida, lo que me gustaría que se repitiera", zanja Chinoy, aunque luego admite: "Sí, queremos que mis temas lleguen a la mayor cantidad de gente posible".

MAYOR VITRINA

Parte importante de esa misión recae en su reciente fichaje por Sudamerican Records, nuevo sello local inaugurado el año pasado y que convirtió al hombre de Sal fuera en una suerte de artista prioritario, invirtiendo en su grabación y posterior distribución. Por otro lado, la firma posee una alianza con Believe digital, la mayor distribuidora de música independiente de Europa a través de la web y con un catálogo que incluye a Prince, Björk y Goldfrapp. La sociedad permitirá que la nueva entrega de Chinoy esté disponible en 350 tiendas digitales de más de 200 países, con períodos de mayor visibilidad y que lo ayudarán a empujar el paulatino arribo a otros mercados, una de sus intenciones para la actual temporada.

Además, potenciará su escalada en la web e incluso en las radios, donde su presencia es apenas relativa, ya que el cantautor ha concentrado gran parte de su carrera, iniciada a partir de 2005, en los shows y las presentaciones en los recintos más diversos. "Somos súper independientes y densos, por lo que Sudamerican puede abrirnos otro tipo de puertas", asegura el artista.

"Su presencia en conciertos y en el universo más físico ya es súper fuerte, por lo que nuestra oferta va por el lado de que se puede mostrar y desarrollar en las redes. Ahí lo queremos potenciar", apuesta Diego Sepúlveda, gerente comercial de Sudamerican Records, discográfica que también tiene entre sus nombres a Bárbara Muñoz (ex cantante de Rojo y ganadora del espacio Q'Viva! The chosen, realizado por Jennifer Lopez y Marc Anthony) y Ram y los Mixes (orquesta de soul integrada por ex integrantes de los desaparecidos Ramires!).