Chip implantado en cerebro permite a tetrapléjico mover su mano

Dispositivo conecta la corteza motora con un computador y a éste con músculos del antebrazo.




Ian Burkhart tenía 19 años cuando tras un fallido piquero en el mar, quedó tetrapléjico. Cuatro años después, por primera vez logró mover su mano gracias a un dispositivo desarrollado en el Centro Médico Wexner de la U. de Ohio (EE.UU) e ingenieros de Battelle, un centro de investigación sin fines de lucro.

Bautizado Neurobridge, se trata de un chip del tamaño de un poroto que  hace de puente entre el cerebro y la zona de columna dañada y, que en Ian, es en la altura de la vértebra C5 (cuello).

El dispositivo, que fue implantado en la corteza cerebral del paciente el pasado 22 de abril, es capaz de interpretar las señales electroquímicas que allí se generan y las envía a un computador mediante un cable que se instala en la cabeza del joven. El computador interpreta estas señales, las codifica y las envía a una manga con electrodos que cubre el antebrazo y la mano de Ian y que son los que estimulan los músculos de esta extremidad.

Es decir, funciona como un "puente" que une el cerebro con los músculos de la mano. Chad Bouton, ingeniero de Battelle, explica que funciona como un bypass coronario, pero que en vez de permitir el paso de sangre, conecta señales nerviosas. "Tomamos esas señales del cerebro, rodeamos la herida, y nos dirigimos directamente a los músculos", resume.

La señal tarda una décima de segundo en llegar desde el cerebro al antebrazo. Ian logró mover la mano en círculo, apretar y cerrar el puño y hacer movimientos de pinza entre su dedo pulgar y el índice.

HOMBRE-MÁQUINA
Los expertos ahora están examinando interfaces hombre-máquina y cómo esta tecnología puede ayudar a este tipo de pacientes.

Pero no son los únicos que intentan devolver la movilidad con este tipo de conexión máquina humano. En 2011 un joven parapléjico dio algunos pasos sobre una caminadora gracias a la implantación de electrodos, pero a lo largo de su columna cerebral para que la señal eléctrica "saltara" la médula espinal dañada y conectara con el resto del cuerpo.

Los exoesqueletos, estructuras externas que simulan una especie de traje que se conecta directamente a la médula espinal o a través de un casco y electrodos, también son una posibilidad. La compañía Berkeley Bionics y el equipo del científico Miguel Nicolelis (el mismo que presentó su trabajo en la inauguración del mundial) son una prueba de ello.

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