Cada día que pasa, las razones que llevaron a la división de Chipre entre un territorio grecochipriota y otro turcochipriota son señaladas como algo demasiado lejano, como hechos históricos propios de los primeros años de vida independiente de esa isla mediterránea y que tienden a ser superados por la vida cotidiana, la búsqueda de un futuro más próspero y los deseos de alcanzar una normalidad. El próximo 15 de julio se cumplen 40 años del golpe de Estado que dio la junta militar griega en Chipre y que desencadenó, cinco días después, la invasión del Ejército turco en el norte de la isla.
Los militares, la llamada junta de los Coroneles que gobernó Grecia entre 1967 y 1974, derrocaron al Presidente chipriota, el arzobispo Makarios III, y anularon el sistema político que se había instaurado en 1960, tras la independencia de Reino Unido. Pero el día 20, Turquía envió a unos 40.000 soldados, tanques y blindados en 30 buques "para proteger a los turcochipriotas". Tras cinco días de combates, el Ejército turco tomó el control del tercio norte de la isla. Las tensiones y divisiones étnicas llevaron a que 180.000 grecochipriotas abandonaran el norte para refugiarse en el sur y que unos 50.000 turcochipriotas dejaran sus hogares.
Mientras en el sur, la República de Chipre era reconocida por la comunidad internacional, en el tercio restante, en 1975, se declaró el Estado Federado Turco de Chipre, que pasaría a ser en 1983 la República Turca del Norte de Chipre, sólo reconocida por Turquía. No sólo eso. Mientras la parte grecochipriota diversificaba sus relaciones y en 2004 fue aceptada como miembro en la Unión Europea (se incorporó en 2005), el norte se convertía cada vez más en una provincia turca e incluso ahora, en un obstáculo para Ankara en su afán por sumarse a la UE.
Sin embargo, los isleños están cansados de esta división que sólo ha logrado aplacar las tensiones étnicas de los 60 y 70. Mientras los del norte quieren sumarse al bienestar alcanzado por el sur y dejar de depender de Turquía, muchos grecochipriotas quieren cruzar la línea verde de separación y volver a sus antiguas casas en el otro tercio. "Nos tienen colonizados", aseguran algunos activistas turcochipriotas, citados por la agencia Efe, descontentos con el control turco. Incluso, algunos de ellos quieren que Ankara deje de meterse en sus asuntos y los dejen "a solas con sus vecinos" para solucionar los problemas entre ellos. Precisamente, desde este año, los dirigentes de ambas partes -el grecochipriota Nikos Anastasiadis y el turcochipriota Dervis Eroglu- están llevando a cabo negociaciones para la reunificación de la isla y la más reciente reunión se celebró este lunes.