A menos que el parlamento acepte el impuesto a los depósitos, los países de la Unión Europea dicen que retendrán el rescate, lo que hundiría a uno de los estados más pequeños de Europa en una situación cercana a la inexistencia financiera, con consecuencias potencialmente severas para el resto de la alicaída zona euro.
"Tengo la sensación de que esta cámara va a rechazar el proyecto", dijo el presidente Nicos Anastasiades a los reporteros. Cuando le preguntaron el motivo, agregó: "porque ellos sienten y piensan que es injusto y que está en contra de los intereses de Chipre".
Consultado sobre qué haría a continuación, declaró: "tenemos nuestros propios planes".
La exigencia europea del fin de semana, de que Chipre rompiera con la anterior práctica de la UE fijando un impuesto sobre los depósitos bancarios como parte de un rescate europeo de 10.000 millones de euros (US$13.000 millones), desató la ira de los chipriotas y una turbulencia en los mercados financieros europeos.
Anastasiades se rehusó a aceptar un impuesto de más de 10% a los depósitos superiores a 100.000 euros, lo que implicó gravar también a las cuentas menores. Eso perjudica a los ahorristas comunes, con depósitos que ellos creían que tenían una garantía estatal.
Sorprendidos por las reacciones y temiendo el rechazo del Parlamento chipriota, los ministros de Finanzas de la zona euro urgieron el lunes a Nicosia a evitar gravar las cuentas con menos de 100.000 euros y en cambio aplicar un impuesto más elevado a las cuentas más altas, que tampoco están protegidas por el sistema de garantías estatales.
La UE y el Fondo Monetario Internacional exigen que Chipre recaude 5.800 millones de euros para asegurarse el rescate, necesario para salvar al sector financiero de la isla. Un proyecto de ley revisado visto por Reuters exime a las cuentas con menos de 20.000 euros del planeado recargo de 6,75% a los depósitos inferiores a los 100.000 euros. El gobierno no ha explicado cómo llenará la brecha de financiamiento que crearía esto.
El ministro de Finanzas de Francia, Pierre Moscovici, afirmó que la zona euro no prestará más fondos a Chipre porque si lo hiciera, la deuda sería inmanejable.
"Por encima de 10.000 millones de euros estamos entrando en una deuda de un tamaño que no es sostenible", dijo Moscovici a los periodistas en París.
Igualmente, es poco probable que la propuesta reciba el visto bueno del Parlamento de 56 diputados, en el que ningún partido tiene mayoría, y de hecho ni siquiera estaba claro que fuera a celebrarse una votación si los dirigentes políticos estaban seguros de que se iba a rechazar.
¿Y los fondos de Putin?
Tres partidos han afirmado que no van a apoyar el impuesto, mientras que un cuarto que está en la coalición de gobierno ha dicho que no puede apoyarlo tal y como está.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo el martes que el Fondo Monetario Internacional respalda los esfuerzos del gobierno chipriota para lograr lo que ella llamó "tasas más progresivas" en el impuesto a los depósitos. Anastasiades sigue resistiéndose al impuesto a los depósitos mayores, muchos de ellos pertenecientes a extranjeros incluyendo rusos ricos, por temor sobre el modelo del negocio bancario de la isla y su reputación como refugio seguro.
Anastasiades pidió más ayuda de la UE a la canciller alemana, Angela Merkel, el lunes por la noche en una conversación telefónica. Tenía previsto volver a llamar el martes.
El portavoz del gobierno Christos Stylianides dijo que Anastasiades también podría hablar con Vladimir Putin, el presidente ruso, quien el lunes describió al impuesto como "injusto, poco profesional y peligroso".
Bruselas ha hecho hincapié en que la medida es un hecho extraordinario en un país que representa tan sólo el 0,2% de la producción europea, pero ha aumentado el temor a que los ahorristas en otros países europeos de mayor tamaño se pongan nerviosos y retiren sus depósitos bancarios.
Las autoridades rusas negaron rumores de que el Kremlin podría ofrecer más dinero, posiblemente a cambio de una futura participación en las reservas costas afuera de gas de Chipre, enormes pero todavía sin desarrollar, que incrementaron la importancia estratégica de la isla.
Fuertes ingresos de dinero ruso y el aumento de la influencia de Moscú desde el colapso de la Unión Soviética llevó a algunos funcionarios en Bruselas a quejarse en privado de que a veces Chipre actúa como un "Burro de Troya" en favor de Rusia dentro de la Unión Europea.