Durante la tarde del pasado jueves, el primer informe forense sobre la muerte de Chris Cornell, sucedida en la noche del día anterior tras un recital en Detroit, fue lapidario: el artista se había suicidado ahorcándose en un hotel.
Sin embargo, hoy la familia salió a matizar tal veredicto. Su viuda, Vicky Cornell, calificó de "inexplicable" la determinación y dijo que no poseía sospecha alguna de que el músico estuviera enfrentando un cuadro depresivo. "Yo sé que amaba a nuestros hijos y que nunca se hubiera quitado la vida conscientemente por el daño que les haría", aseguró en un comunicado.
Además, agregó que el desenlace podía explicarse en que la voz de Soundgarden habría ingerido una dosis superior del fármaco que le habían recetado para mantener a raya la ansiedad, lo que habría detonado un comportamiento suicida. "Sin los resultados de los exámenes toxicológicos, no sabemos qué estaba ocurriendo con Chris o si alguna sustancia contribuyó con su fallecimiento. Chris, un adicto en recuperación, tenía una prescripción médica para Ativan y quizás ingirió más Ativan que la dosis recomendada. La familia cree que acabó con su vida, no sabía qué estaba haciendo, y que las drogas y otra sustancia afectaron sus acciones", siguió el documento. Eso sí, su viuda, madre de dos de sus tres hijos, también tuvo una emotiva dedicatoria: "La muerte de Chris es una pérdida que no tiene palabras y creó un vacío en mi corazón que nunca será llenado". Con ello, también se multiplicaron los homenajes. Por ejemplo, en
Seattle se levantó un memorial y, en señal de luto, la ciudad apagó por una hora las luces de su edificio más emblemático, el Seattle Space Needle. El festival que tenía agendado para anoche junto a Soundgarden también planeaba un tributo.