por Ramiro Fuenzalida, enviado especial a Antalya
En el camarín de Chile los abrazos se multiplicaron, pero la mayoría fueron para Christian Bravo, uno de los que no estuvo en el Sudamericano y que ayer fue la figura de la Sub 20. "Tenía ganas de entrar, es la pura verdad. Veía como se daba el partido y quería aportar, sabía que podía ayudar al equipo para darle una alegría al pueblo, porque nosotros jugamos para eso. He pasado por muchas cosas, he sufrido mucho y esto es para mi familia, el país y es para los cabros del barrio y el pueblo chileno", decía Bravo, un iquiqueño que comenzó en el fútbol jugando en el santiaguino barrio de Franklin.
"Me acordé de los cabros del barrio, porque a esa hora el California (su club amateur) estaba jugando. Ojalá hayan ganado, porque cuando hice el gol pensé en todo lo que me ha tocado vivir. Para mí es un sueño pasar de una cancha de tierra a un Mundial y hacer un gol. En el gol 'gambetié' como lo hacía en la tierra. Por suerte acá no pegó en una piedra, porque no hay", decía el delantero. "No estuve en el Sudamericano por problemas anexos. Nunca en mi vida pensé que iba a jugar un Mundial y anotar un gol". Sobre su titularidad fue categórico: "No pienso en eso, juego para el equipo y la gente", decía tras salir del control de dopaje. "Estuve como media hora adentro pero salió bien, como el gol", bromeó.
El delantero que juega en Croacia (donde está a préstamo desde Udinese) le puso presión a Angelo Henríquez para determinar la titularidad ante los ingleses. "Hoy, el banco nos mostró el camino y nos permite llevarnos el triunfo", sostuvo Mario Salas, adelantando la lucha por el puesto de alero derecho.