Señor director:
La crisis en Qatar nos da cuenta una vez más de la importancia que ha adquirido el mundo digital en las relaciones internacionales. La proyección de poder -que alguna vez se basó fundamentalmente en los tangibles militares y el poderío económico- se está orientando cada vez más al entorno digital. Estas herramientas son difíciles de rastrear, pueden ser ejecutadas por privados, y tienen costos relativamente bajos. En términos de costo/beneficio son por lo tanto mucho más eficientes que las herramientas tradicionales de política exterior, y por lo mismo están siendo usadas de manera regular. Las elecciones en Francia, las elecciones en EE.UU., la campaña del Brexit, y ahora la crisis diplomática en Qatar comparten una evidente traza de intervencionismo cuyo rastro es muy difícil de perseguir, pero que apuntan a la desestabilización de los órdenes domésticos. Varios países cuentan ya con unidades de defensa en ciber-seguridad, o unidades de ataque digital, como el Buró 121 en Corea del Norte. En un año electoral yo me pregunto: ¿Está Chile preparado para brindar ciber-seguridad al proceso electoral que vivimos este año? ¿O somos vulnerables frente a la posibilidad de intervención internacional?
Fernando Schmidt
Profesor Investigador
Facultad de Gobierno UDD