Un científico de una universidad australiana ha localizado un grupo de galaxias que se creía desaparecido y cuya existencia contribuirá a entender el origen de las estrellas.

Estas galaxias se parecen a las antiguas y, "si no las hubiéramos descubierto, pensaríamos que desaparecieron hace cosa de cinco mil millones de años", declaró hoy a EFE Andy Green, quien hizo el hallazgo mientras investigaba para su doctorado en la Universidad de Swinburne, en Victoria.

El estudio se publicó hoy en la última edición de la revista científica "Science".

Green explicó que el grupo "sólo" está a 1.000 millones de años luz de la Vía Láctea, "por lo que nadie esperaba encontrarlo y menos tan cerca".

El científico calculó que nuestro universo tiene unos 14.000 millones de años (fecha del Big Bang) y que la Vía Láctea surgió poco después, posiblemente hace 10.000 millones de años.

"Tienen características de galaxias antiguas, muy antiguas, que se habrían creado cuando el universo aún era joven y, sin embargo, tienen forma de disco, como la nuestra, y se comportan como galaxias jóvenes", comentó el astrónomo sobre su hallazgo.

"Es como cuando encuentras el fósil de un dinosaurio, el hecho de que sea un dinosaurio y que esté fosilizado te hace comprender que es antiguo, pero es posible que el dinosaurio muriera siendo un bebé", comentó Green.

Las galaxias son conjuntos de gas, polvo interestelar y miles de millones de estrellas cuyas gravedad les hacer girar en torno al centro de la galaxia.

El gas se condensa en áreas llamadas nubes moleculares y allí nacen los astros que, cuando alcanzan el final de su evolución, producen gas.

"Las galaxias que hemos descubierto están vivas, pero además tienen una turbulencia interior que les permite crear estrellas mucho más rápidamente que nuestra propia galaxia, forman decenas hasta centenares de estrellas cada año, muchas de ellas tan grandes como nuestro sol", manifestó el científico.

Explicó que "la turbulencia influye en la rapidez con que se forman las estrellas", cuantas más estrellas se conviertan en gases, más astros podrán nacer, y así parece que las propias galaxias regulan su regeneración y la generación de la materia, "pero aún no sabemos cómo", apuntó Green.

Indicó que, del mismo modo, "al nacer las estrellas emiten energía y esta energía crea desorden en el gas que las rodea y el desorden o turbulencia genera el nacimiento de nuevas estrellas", es un proceso cuyo estudio se podrán profundizar con el grupo de galaxias localizado.

Esta capacidad de renovación hace pensar al astrónomo que las galaxias encontradas pueden ser más jóvenes que la Vía Láctea y la cuestión que se le plantea es "de dónde viene el gas necesario para crear esas estrellas".

El científico de la Universidad de Swinburne señaló que cuando el universo era más joven contenía grandes cantidades de gas y la formación de las estrellas estaba determinada por las corrientes frías de gas que pasaban del cosmos a las galaxias, "pero actualmente no hay tales cantidades de gas en el universo".

Green hizo el descubrimiento con ayuda del Telescopio Anglo-Australiano y expertos del Australian Astronomical Observatory y con el apoyo de un equipo de científicos de su propia universidad, de la Universidad Nacional de Australia (ANU) y de la Universidad de Toronto (Canadá).

El próximo paso es utilizar el famoso Observatorio Keck en Hawai (Estados Unidos), pero lo ideal concluyó sería poder trabajar en el Observatorio Cerro Las Campanas, en la región de Valparaíso, en Chile.