Un equipo de científicos australianos logró crear un riñón del tamaño de un feto de cinco semanas a partir de células madre, informan medios locales.
"Es más pequeño que el riñón de un adulto. Esencialmente se trata de un pequeño riñón en desarrollo", explicó la científico Melissa Little del Instituto de Biociencias Moleculares de la Universidad al canal "ABC".
Los expertos sumergieron las células madres en concentraciones perfectamente calibradas de moléculas denominadas factores de crecimiento o tróficos para guiarlas en el crecimiento de este órgano en un proceso que imitaba el desarrollo normal.
Los científicos utilizaron un molde para la creación del órgano y destacaron que aún quedan varias décadas para que puedan producirse este tipo de órganos para trasplantes.
"Hemos tenido que guiar a las células a través de todos los pasos que éstas normalmente adoptarían durante su desarrollo", indicó Little al detallar el proceso de elaboración.
En un principio, los científicos buscaban que las células madres produzcan solamente un tipo de célula del riñón pero en el transcurso de las investigaciones notaron que podían formar dos tipos de células claves para la formación de este órgano.
Así lograron que las células colocadas en un molde se organizaran por sí mismas para crear las complejas estructuras existentes en el riñón humano, agregó la "ABC" al citar este estudio publicado en la revista científica "Nature Cell Biology".
"Hemos logrado producir un conjunto de células más complejas y supone un gran avance en términos de lo que se ha hecho hasta ahora", apuntó Little.
A corto plazo, este logro será útil para las pruebas científicas de nuevos medicamentos para combatir enfermedades que afectan al riñón y más adelante a mejorar los tratamientos médicos.
"Uno de cada tres australianos está en riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a los riñones y las terapias actualmente disponibles incluyen diálisis y trasplantes", acotó la experta.
Aunque la producción de riñones para futuros trasplantes aún podría darse en varias décadas, estos primeros resultados son promisorios porque ha revelado el hecho de que las células madres pueden organizarse en el laboratorio para producir tejidos artificiales que pueden reemplazar a los dañados.