¿Qué tan rápido te gusta viajar por la carretera? ¿Eres de los que acumula partes por exceso de velocidad y odia los foto radares? Por suerte, un estudio determinó que estos aparatos no son imbatibles y que a pesar de su exactitud, sí tienen un límite y sólo basta con correr lo suficiente como para que la patente no pueda ser detectada por la cámara.
La investigación, realizada por la Universidad de Leicester decidió hacer los cálculos respectivos, basando su análisis en el efecto Doppler (similar a cuando oímos desde lejos a un tren, lo vemos pasar frente a nosotros y luego se va) y su aplicación en las frecuencias de desplazamiento de la luz, junto a ecuaciones usadas por los astrónomos para determinar cómo las estrellas se alejan de la tierra.
Así, definieron que al menos en la teoría, sí es posible que la luz que provenga de una patente en movimiento pueda ser tan veloz como para que no sea capturada por el lente del radar, calculando que el súper automóvil tendría que viajar a 53 millones de metros por segundo, o el equivalente a casi 192 millones de kilómetros por hora.
Esta velocidad corresponde a una sexta parte de la velocidad de la luz, y evidentemente no existe vehículo que sea capaz de alcanzar esa marca.
Como referencia, esto equivale a 439.080 veces la velocidad del Hennessey Venom GT, el auto más rápido construido hasta ahora (435 km/h), 212.222 veces la velocidad de un avión comercial común (900 Km/h), 167.250 veces la velocidad del Gulfstream G650, el avión comercial más rápido del mundo (1.142 Km/h) y 755 veces la velocidad de la sonda Helios de la Nasa, el objeto más rápido hecho por el hombre (252.900 km/h).
Fuente: Universidad de Leicester