El lupus es una enfermedad autoinmune, crónica y progresiva en la que las células que se supone debieran proteger al organismo de virus y elementos ajenos a él se descontrolan y terminan atacando al propio cuerpo causando dolor e inflamación en articulaciones y músculos, fiebre, molestias en la piel y las mucosas. De cada 10 afectados, nueve son mujeres jóvenes (en edad fértil y etapa productiva).
En el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia están trabajando en un tratamiento con enzimas para frenar el avance de esta enfermedad, ya que hasta ahora no existe una terapia para el mal. Hoy se trata a los pacientes con inmunosupresores (los mismos que usan las personas trasplantadas), como una forma de engañar al sistema inmune. Pero éstos se exponen a otras enfermedades y no curan su enfermedad.
ANTIINFLAMATORIA
La terapia de los expertos del IMII consiste en la utilización de una enzima llamada HO-1 (Hemo-oxigenasa 1), que ha demostrado en experimentos en animales ser eficaz en la disminución de la inflamación y el daño renal, dos síntomas propios de esta enfermedad.
Los investigadores detrás de estos estudios son Alexis Kalergis, Carolina Llanos y Juan Pablo Mackern.
Según este último, explorar una alternativa farmacológica de HO-1 busca "mejorar considerablemente la calidad de vida de estas personas" y conseguir efectos que ayuden a bajar la respuesta exagerada de su sistema inmunológico.
Kalergis explica que la enzima se conoce desde hace muchos años, pero sus estudios permitieron atribuirle una nueva función, que podría tener impacto en la salud de pacientes que sufren males autoinmunes inflamatorios. En su trabajo, los investigadores se dieron cuenta deque en los pacientes que tienen lupus, la cantidad de esta enzima es menor, aunque no saben por qué. Lo más probable, dice Kalergis, "es que esta reducción de su actividad sea parte de la enfermedad, por lo que restablecer sus niveles podría ser una nueva terapia", dice.
ESTUDIO EN ANIMALES
Desde el año 2010 que los expertos vienen trabajando esta alternativa en animales y han visto resultados positivos. Esto, porque al explotar las propiedades inmunosupresoras de la enzima, se ha evaluado también la existencia de autoanticuerpos y daño renal, entre otras alteraciones propias de los inmunosupresores. "Felizmente, hemos comprobado que la HO-1 logra disminuir esos indicadores", como el daño al riñón y a la sangre, señala.
Incluso, la misma terapia ha mostrado ser efectiva en lupus de origen genético y también aquel que se produce por factores ambientales, por lo que se prevé que su uso será efectivo en personas con síntomas diversos.
Actualmente, otros investigadores están estudiando la enzima como potencial tratamiento de la diabetes tipo 1, esclerosis múltiple y trasplantes.
En este caso, los profesionales creen que sus primeros resultados son prometedores y seguirán las nuevas fases de investigación para conseguir una terapia eficaz. "Algo muy importante, porque el lupus es una enfermedad de alta prevalencia y que afecta considerablemente la calidad de vida de los pacientes, quienes aún no cuentan con terapias específicas y eficientes", dice Juan Pablo Mackern.