Un grupo de científicos aseguró tener sus sospechas en relación a un cráneo en un museo en Roma, que de acuerdo a sus estudios podría ser el de Plino El Viejo, comandante naval, filósofo, historiador y escritor fallecido en la erupción del Vesubio, el año 79 d.C. mientras ayudaba a un grupo de gente a escapar.

Recordemos que el Vesubio fue el responsable de la destrucción de la ciudad de Pompeya, cubriéndola casi en su totalidad tras arrojar a la atmósfera cientos de toneladas de rocas fundidas, cenizas y gas que mataron a sus habitantes antes que pudiesen huír, con un saldo aproximado de 1.500 personas cuyos restos han sido preservados, de un total de 2 mil fallecidos.

Sin embargo, hubo otras 2 mil personas que sí pudieron salvarse de la muerte, precisamente gracias a Plinio El Viejo, que utilizó sus barcos para transportar gente a un lugar más seguro. Su valerosa acción, denominada como "heroica" por muchos historiadores, fue documentada por su sobrino adoptado y estudiante Plinio El Joven, quien presenció la erupción a larga distancia, describiendo la catástrofe en una carta al senador romano Tácito.

Fue en 1900 cuando una excavación reveló los restos de más de 70 personas, destacando una persona por sobre el resto debido a su gran cantidad de joyas, collares, anillos y otros. Aunque en su oportunidad se creyó que se trataba de los restos del malogrado filósofo, las sospechas nunca fueron confirmadas.

Y hoy, más de un siglo después, científicos creen estar cada vez más cerca de conocer la identidad del misterioso cráneo. Para ello, llevaron los restos para ser estudiados por Isolina Marota, antropóloga de la Universidad de Camerino, conocida por trabajar con el popular Otzi, el hombre de la era del hielo, quien podría llevar a cabo análisis de isótopos estables para identificar la ubicación del origen del cráneo.

La técnica de análisis de isótopos estables tuvo bastante éxito en la tarea por encontrar los orígenes de Otzi, y se espera que también pueda revelar si este esqueleto es efectivamente el de Plinio el Viejo. Sin embargo, otro método sugiere que también es posible medir la forma de la mandíbula y la cabeza para compararlas con los bustos de Plinio conservados hasta hoy.

Fuente: La StampaHaaretz