Analizando el ADN de un hueso de un dedo y dos molares encontrados en la cueva Denisova, en Siberia, científicos del departamento de Genética Evolutiva del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, lograron trazar el código genético completo del denisovanos, un homínido que vendría a ser el "primo" antiguo de los neandertales y los humanos.
Se trata de una niña que vivió en Siberia hace unos 50 mil años, y que los investigadores describieron como "de piel oscura, pelo castaño y ojos marrones". Además, se cree que esta especie coexistió con los neandertales y, posteriormente, se cruzó con el humano moderno, el homo sapiens. Razón por la que se estima que los grupos de humanos modernos de Oceanía, debieron haber hibridado con grupos más arcaicos, cercanos genéticamente al individuo secuenciado. Durante el estudio, los investigadores compararon el genoma denisovano con el de neandertales y el de once humanos modernos de todo el mundo para confirmar lo que ya suponían: las poblaciones de grupos humanos aborígenes de las islas del sureste asiático como Papua Nueva Guinea, y de Australia, comparten más variantes genéticas con Denisova que otras poblaciones humanas.
El análisis, recoge además que los genomas de las poblaciones del este de Asia y América del Sur incluyen ligeramente más genes procedentes de neandertales que los europeos.
La secuencia del genoma ha permitido generar una lista con unos 100 mil cambios recientes en el genoma humano tras la separación de los denisovanos. Según el equipo de científicos, algunos de estos cambios afectan a genes asociados al desarrollo de la función cerebral y el sistema nervioso y podría permite entender qué es lo que nos hace tan únicos.