Un equipo de astrónomos ha logrado seguir en tiempo real la formación del llamado polvo interestelar, gracias al Very Large Telescope (VLT), ubicado en el Observatorio Paranal, al norte de nuestro país.
Los científicos lograron seguir el proceso de desvanecimiento de la supernova SN2010jl, resultado de la muerte de una estrella masiva en la pequeña galaxia UGC 5189A, ubicada a 163 millones de años luz de la tierra, en la constelación de Leo.
Esta supernova fue analizada por los expertos en nueve oportunidades en los meses siguientes a la explosión. Y luego, una décima vez, 2,5 años después.
"Al combinar los datos de las nueve series de observaciones iniciales pudimos realizar las primeras mediciones directas de cómo el polvo alrededor de una supernova absorbe los diferentes colores de la luz", comentó la autora principal Christa Gall de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. "Esto nos permitió descubrir más sobre el polvo de lo que alguna vez había sido posible".
Aunque hasta ahora los astrónomos asumían que las supernovas eran la principal fuente de producción de polvo cósmico, especialmente en los inicios del Universo, desconocían cómo se condensaban y se desarrollaban estas partículas.
Por lo mismo, las nuevas observaciones realizadas haciendo uso del VLT, específicamente del espectrógrafo X-shooter, han permitido conocer que la formación de polvo comienza poco después de la explosión y continúa durante un prolongado período de tiempo.
El estudio publicado en la revista Nature, constata que los primeros instantes tras el estallido de una supernova son claves para la formación del polvo cósmico, pues es ahí donde se forman rápidamente "partículas de polvo con diámetros superiores a 0,001 milímetros" a partir del material que "la estrella ha expulsado al espacio, incluso antes de estallar", según indica el comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO).