Una nueva vía para controlar el apetito promete dejar atrás el mundo de las dietas. Se trata de una molécula, una pequeñísima proteína que parte del intestino y camina hacia el cerebro donde comunica que ya es hora de dejar de comer. Así lo demuestra una investigación realizada por el equipo de Scott Waldman de la Thomas Jefferson University de Filadelfia.
Los expertos hallaron una nueva hormona que combate el hambre y es producida en el intestino, por lo que será muy útil en perspectivas de aplicaciones clínicas.
La sustancia "mata-hambre" se llama uroguanilina. Los científicos se dieron cuenta de que en la panza de los ratones, cuando comen, es producido el precursor de esta sustancia llamada pro-uroguanilina, que después viaja en la sangre hacia el cerebro hasta que termina en el área que controla el apetito, el hipotálamo. Aquí el precursor se transforma en uroguanilina activa y se liga a un receptor llamado "GUCY2C".
La unión a este receptor determina una cascada de eventos moleculares que genera la sensación de saciedad.
Los expertos demostraron que inhibiendo el funcionamiento del receptor GUCY2C, el eje del "vientre-cerebro" se apaga y los ratones comienzan a comer demasiado, nunca se sienten satisfechos, terminan por convertirse en obesos y desarrollan enfermedades. El receptor GUCY2C, que está también presente en el intestino y que ya se sabía respecto a su relación con el cáncer de colon, asume entonces un rol nuevo en el control del apetito.
Por ello podría abrir el camino a la creación de nuevos fármacos antiobesidad que reduzcan el hambre.