Mientras era candidato, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump ya tenía en alerta a la comunidad científica por sus dichos sobre el cambio climático y las vacunas. Trump dijo en más de una oportunidad que el factor humano era poco relevante en el fenómeno calentamiento global y que muchos niños sanos que se vacunaban, luego se enfermaban.
Ahora la alerta de los científicos se transformó en movilización y han anunciado una marcha para fines de abril. El objetivo es que sea similar a la que realizaron la protesta de las mujeres el sábado pasado.
La desconfianza con las ideas del mandatario motivó a los científicos del clima a resguardar sus datos en servidores alternativos. Para algunos esta fue una medida exagerada, pero a los pocos días más se sumaron a la idea.
Para los investigadores razones para la desconfianza. Dos funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) dijeron a Reuters, que la nueva administración pidió bajar la página web oficial de cambio climático. Luego se anunció que se cancelaba esa medida.
Pero eso no es todo. A la cabeza esta agencia Trump nombró a Scott Pruitt, un ex fiscal de Oklahoma, un negacionista reconocido por favorecer antes a empresas contaminantes. Otra agencia informativa agregó que en EPA todos los informes debían pasar por revisión de la autoridad política antes de ser publicado y que los investigadores de las agencias de gobierno no podían publicar información en las redes sociales.
Ayer, el ex jefe del equipo de transición de Trump en la EPA, Myron Ebell, dijo en una entrevista a la Agencia AP que espera que la nueva administración realice recortes al presupuesto y también de personal. Aunque reconoció que sus recomendaciones son confidenciales, era razonable pensar en un recorte de mil millones de dólares al año (de los 8 mil que recibe).
Científicos responden
En pocos días, los científicos se volcaron a las mismas redes y se organizaron. Nació así 314 Action, grupo que está reuniendo a investigadores que quieran optar a cargos políticos, una forma de ubicar al mundo científico en el lugar donde se toman las decisiones. Ya van más de 600 inscritos y más de 80 mil donantes. 314 Action debe su nombre a la letra griega Pi, una constante matemática con la que enseñan en el colegio a trabajar con la circunferencia.
En Twitter y Facebook ya se crearon una veintena de cuentas paralelas a otras agencias de gobierno como la Nasa, la agencia de la Atmósfera y el Océano (Noaa), los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Centro de Control de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentación y Medicamentos (FDA). Desde ahí están subiendo información y para evitar conflictos con el gobierno, están utilizando logos alternativos.
A ellos se suma Scientist March on Wanshington (Científicos marchan en Washington) quienes quieren una gran manifestación. "No estamos dando entrevistas de prensa hasta que terminemos nuestra declaración de misión", dijo la agrupación a La Tercera.
En Twitter, llevan más de 189 mil seguidores y otros 180 mil en Facebook.
Como primera fecha para la marcha se dijo el 29 de abril, pero ahora trabajan para no doblar esfuerzos y organizar no solo una marcha en la capital, sino también en otras ciudades. Confirmarán en los próximos días.
Apocalipsis más cerca
Desde 1947, un grupo de científicos atómicos de la U. de Chicago (EE.UU.) y una junta de patrocinadores, que incluye a 15 ganadores del Premio Nobel, mantienen el Reloj del Apocalipsis o reloj del juicio final como un indicador simbólico que alerta sobre las situaciones que están amenazando a la Tierra, como las armas nucleares.
Cuando el reloj llegue marque las 12:00, el mundo habrá llegado a su fin.
Ayer, estos científicos publicaron que el reloj había avanzado 30 segundos y que ahora, el planeta estaba a solo dos minutos y medio de la media noche y el principal motivo es Trump.
"Los comentarios perturbadores sobre el uso y la proliferación de armas nucleares hechos por Donald Trump, así como la incredulidad expresada respecto al abrumador consenso científico sobre el cambio climático, tanto por Trump como varios de sus designados para el gabinete afectaron la decisión, al igual que la aparición de un nacionalismo estridente en todo el mundo", dijeron los científicos en un comunicado.
La última vez que el reloj estuvo tan cerca de la medianoche fue en 1953 cuando EE.UU. y Unión Soviética pusieron a prueba sus primeras armas termonucleares.
Entonces, el reloj estuvo a dos minutos de medianoche.
Además de Trump, también ayudó al avance del minutero el desarrollo de armas nucleares de Corea del Norte y las dudas sobre el acuerdo nuclear con Irán.
Gabriel León, director del Centro para la Comunicación de la Ciencia de la U. Andrés Bello, cree que el movimiento que se está generando es notable y demuestra cohesión entre la comunidad científica que sí tiene interés por participar en la política.
Lo que máss incomoda a sus colegas, cree León, es el manejo de los datos. "Para los científicos esto es inconcebible. Los resultados de los experimentos no se eligen, son lo que son. Nada más", declara.
"Hay una sensación de unión global. Los científicos del Reino Unido también se están organizando. A ellos, el Brexit les puede cambiar la forma de hacer ciencia", dice.
Chilenos preocupados
Marcelo Díaz lleva once años viviendo en EE.UU. Él es uno de los fundadores de Nexos Chile-USA, una red que reúne a los científicos chilenos que están en ese país, ya sea por estudio o trabajo. El objetivo es generar, apoyar y fortalecer colaboraciones entre ellos y sus pares que están en Chile. "Lo que más preocupa a los científicos acá es la intervención que se está haciendo a la información. Se coarta la libertad de expresión y la posibilidad de educar a las personas. Se teme un retroceso en la investigación no solo de cambio climático, también de células madres, vacunas. Pueden haber trabas a la hora de financiar proyectos de investigación o de entregar los recursos. En ese aspecto podría haber dificultades para los investigadores extranjeros también", dice Díaz, director de Finanzas de Nexos Chile-USA y estudiante de postdoctorado en la Universidad de Johns Hopkins.
Matías Escobar, director ejecutivo de esta agrupación y estudiante de doctorado en la U. de Pensilvania ( Fildadelfia), dice es impresionante como en pocos días se ha generado un "choque directo" entre gobierno y científicos. Como inmigrantes, cree que probablemente, si hay atrasos en las visas y greencards o cambios en la entrega de becas, podrían tener problemas los investigadores nacionales, pero por el momento nada de eso ha ocurrido. Pero de todas formas, dice, están atentos.