La Isla de Pascua es uno de los sitios con más enigmas del planeta. Su sistema de escritura, cultura y estatuas conocidas como Moais hasta ahora son objeto de varios estudios, incluyendo saber qué ocurrió con su medioambiente y sus habitantes.

Hasta hoy la teoría más aceptada tiene que ver con que incluso antes de la llegada de los europeos en 1722, sus habitantes ya atravesaban un complejo período alimenticio, debido a que los indígenas habían degradado las condiciones del medio ambiente a tal punto que luego fue imposible prosperar.

Sin embargo, un nuevo estudio postula que la caída de la civilización tuvo más que ver con condiciones medioambientales existentes antes de la invervención humana. De hecho, se sabe que con el tiempo, las viviendas fueron destruidas, los campos agrícolas fueron abandonados, los indígenas se refugiaron en cuevas y comenzaron a crear flechas utilizando obsidiana (una especie de roca volcánica) preparándose para los tiempos de guerra.

Es en este punto cuando las fechas se diluyen y comienzan las inexactitudes. Thegn Ladefoged, antropólogo de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, indica que esperaban encontrar rastros de una catástrofe después de la llegada de los europeos, pero aquello no sucedió.

Para determinar la fecha estimada, los investigadores analizaron más de 400 herramientas y restos repartidos por la isla, todos creados con obsidiana, enfocándose en los que podían entregar información sobre la química y clima del suelo. ¿La razón? el material absorbe el agua cuando es expuesto al aire, revelando a través de mediciones cuándo y en qué áreas de la isla fue manipulado.

Los resultados mostraron que en la costa noroeste de la Isla se observó un aumento constante entre los años 1220 y 1650, marcando ese año un declive importante, y mucho tiempo antes de la llegada de los europeos.

En otro sitio, una montaña interior, se vio un rápido incremento en el uso del suelo entre los años 1200 y 1300, un aumento más lento cerca de 1480 y desde entonces un descenso entre 1705 y 1710, también antes del contacto europeo. Al momento de su llegada, el sector noroeste tenía alrededor de un 54% de su uso máximo de tierra, y la ontaña contaba con un 60 por ciento.

El tercer punto analizado, una zona cercana a la costa, mostró un aumento progresivo de la actividad humana entre 1250 y 1500, continuando con un veloz incremento en 1690, después de lo cual la disminución fue lenta pero constante. Todo ello incluso después del contacto con los europeos, pasado el año 1850.

Así, los distintos climas analizados explican cómo los factores ambientales de los sitios elegidos determinaban la suerte de los isleños. En el primer caso, el volcán Ma'unga Terevaka impide la lluvia en la superficie; el segundo sitio es húmedo pero poco fértil y el último punto seleccionado posee agua y fertilidad, por lo que fue más habitable.

Según el estudio, esto implica que los habitantes de la Isla de Pascua pasaron varios años luchando contra las barreras naturales y en ningún caso fueron los causantes de su degradación, sin considerar que posteriormente los europeos introdujeron enfermedades y factores. Los investigadores afirmaron que el siguiente paso es analizar los restos de viviendas antiguas para entender mejor cómo era su día a día.

Fuente: Livescience