Científicos rusos anunciaron el hallazgo de sangre líquida de un ejemplar de mamut recuperado del suelo congelado de una isla en el Ártico, lo que aumentaría significativamente las posibilidades de clonar este animal prehistórico.
Una expedición llevada a cabo a principio de mes por la Sociedad Geográfica rusa y especialistas de la Universidad Federal del Noreste (Iakutsk, Siberia oriental) pudo examinar los restos bien conservados de una hembra mamut lanudo, localizada en agosto pasado en el islote de Maly Liajovski, en el Océano Ártico ruso.
El jefe de la expedición, Semen Grigoriev, dijo que el animal había muerto hace 10.000 o 15.000 años.
"Descubrimos mamuts (en Rusia) prácticamente todos los años, pero esta expedición permitió encontrar por primera vez una hembra en muy buen estado de conservación", señaló Grigoriev.
Pero el descubrimiento excepcional fue que los restos contenían todavía tejidos musculares preservados y sangre.
"Cuando rompimos el hielo bajo su abdomen, fluyó sangre, muy oscura. Es el caso más sorprendente que yo vi en mi vida", relató el científico.
"¿Cómo la sangre pudo permanecer líquida? ¡Después de al menos 10.000 años! Y los tejidos musculares estaban rojos, del color de la carne fresca", aseguró Grigoriev.
La explicación, según él, es que el mamut "cayó en un pozo de agua o en un pantano, probablemente hasta la mitad de su altura, y la parte inferior del cuerpo se congeló en el agua".
"Este descubrimiento nos da posibilidades reales de encontrar células vivas que pueden permitir concretar el proyecto de clonación de un mamut", sostuvo el científico.
La universidad de Iakutsk firmó el año pasado un acuerdo con el surcoreano Hwang Woo-suk, un controvertido especialista en clonación y "padre" en 2005 del primer perro clonado, bautizado Snuppy, para ese proyecto.
En caso de que lo logren, el núcleo de las células de mamut será transferido a óvulos de elefante con el objetivo de producir embriones con ADN de mamut, que serían luego colocados en el útero de una elefanta de Asia.