Hasta fines de los 80, en el país solo se conocían en forma masiva dos tipos de manzanas: la roja y la verde. Desde entonces, las variedades que se cultivan en el país han aumentado y hoy ubican a Chile entre los principales exportadores de manzanas a nivel mundial.
Todas ellas ingresaron al país cuando no existían restricciones ni pagos por traer nuevos manzanos y cultivarlos en Chile. Pero las condiciones cambiaron y hoy el resto de los países productores restringen (establecen criterios de volumen, superficie a cultivar y hasta embalaje) o prohíben la utilización de nuevas variedades para proteger sus propias variedades.
Ante esta situación y para evitar quedar fuera del mercado mundial, desde 1995 investigadores y productores chilenos trabajan en la creación de la primera variedad de manzana 100% chilena, un fruto único y propio del país que se adecúe a las condiciones climáticas y de suelo, pero que además tenga la apariencia, crocancia, dulzor y jugosidad que la hagan apetecible.
El "Programa de Mejoramiento de Manzano" es una iniciativa aprobada y financiada por Innova Chile y el Consorcio Tecnológico de la Industria Hortofrutícola y ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) y su centro Quilamapu en Chillán junto a la U. Católica y es la primera vez que se realizar un programa de este tipo.
Según explica Pablo Grau, investigador del Inia Quilamapu y encargado del programa de mejoramiento genético de la manzana, "hoy, en el mundo, las nuevas variedades de manzanos son producto de un trabajo de mejoramiento genético, es decir, basándose en las tendencias de las preferencias del mercado consumidor, se eligen los padres que contienen los atributos buscados en la manzana y de acuerdo a ello, se planifican los cruzamientos dirigidos".
El programa chileno busca crear un "traje a la medida", de una o más variedades de manzanos que se adecúen al clima del país y a los que se pueda sacar el máximo provecho. Para ello, han realizado cerca de 60 mil cruzas (siete mil anuales) entre distintas variedades de manzanos que ya estaban en Chile y polen de otros manzanos gracias a convenios con universidades estadounidenses.
El objetivo de este programa es obtener líneas de manzano con alta calidad comercial del fruto, que además de sabroso, tenga resistencia al hongo venturia (que aparece en la fruta cuando esta se moja por la lluvia).
A la fecha ya existe más de una decena de potenciales variedades chilenas que están plantadas en distintas localidades desde Talca hasta Valdivia y que están siendo evaluadas según el fruto que produzcan. Varias de ellas son resistentes a este hongo, por lo que uno de los objetivos del programa ya está logrado.
Por el nivel de radiación que existe en nuestro país, la manzana chilena también debe ser resistente a ella y ese es otro de los atributos que busca el proyecto.
Largo proceso
Desde que se realiza la cruza de manzanos, hasta que se obtiene una fruta con potencial comercial pueden pasar entre siete y 10 años ya que es probable que en los primeros años, cuando el árbol es joven, la fruta no sea buena.
"Hoy día tenemos entre 15 y 20 selecciones avanzadas de manzanos que están siendo evaluadas, analizadas y sometidas a distintas pruebas. Pero hay entre 55 mil y 60 mil potenciales variedades, es decir el producto de una semilla que fue sembrada", señala Grau.
Para calificar una manzana, no existe un único método. "Se requieren métodos instrumentales y sensoriales para la evaluación. La firmeza, sólidos solubles (contenido de azúcar de la fruta) y acidez, se hacen con instrumentos que permiten una medición cuantitativa. Pero la crocancia, jugosidad, sabor, relación azúcar/ácido, que son los que sirven para clasificar si el fruto es apropiado o no, debe realizarlo una persona", en esta etapa, los propios investigadores y productores.
Cuando existan más variedades seleccionadas se invitará a catadores internacionales para que realicen la evaluación y finalmente decidir la variedad 100% chilena con más posibilidades comerciales.