Una orden de confinamiento de tres días en Sierra Leona dejó al descubierto cientos de nuevos casos potenciales de ébola, ayudando a los esfuerzos para acabar con una epidemia que ya ha matado a 3.000 personas en el país.

Las autoridades ordenaron a los 6 millones de habitantes del país quedarse en casa bajo amenaza de arresto, durante un periodo que concluyó en la noche del domingo, mientras cientos de funcionarios sanitarios iban puerta a puerta buscando pacientes escondidos y educando a los residentes sobre el virus.

En comparación al fin de semana previo, durante este confinamiento el reporte a las autoridades de personas enfermas subió un 191%, según Obi Sesay, del Centro Nacional de Respuesta al Ébola.

"Se están analizando sus muestras de sangre y los resultados estarán el miércoles", dijo Sesay, agregando que 173 de los pacientes en Freetown cumplían con los primeros síntomas de la enfermedad.

En el resto del país hubo un aumento del 50% en el número de personas enfermas reportadas en los dos primeros días de la medida, afirmó Sesay.

Sierra Leona ha informado de cerca de 12.000 casos desde que se detectó hace un año la peor epidemia de ébola de la historia en la vecina Guinea. En total, han muerto más de 10.000 personas en los dos países, junto a Liberia.

La cifra de casos nuevos ha descendido desde su punto máximo de más de 500 semanales en diciembre, pero el Gobierno dijo que el confinamiento -el segundo que realiza- ayudará a identificar los últimos casos.

Una fuente que declinó ser identificada dijo que hubo 961 alertas de muerte a nivel nacional durante los primeros dos días de la cuarentena, además de 495 reportes de enfermedad, 235 de ellos supuestamente ébola.