Casi 13.000 juntas receptoras de votos comenzaron hoy a cerrar sus puertas en Nicaragua, tras unos comicios que transcurrieron en calma pero empañados por denuncias sobre supuestas irregularidades antes y durante la elección.
La mayoría de las mesas de votación concluyeron labores sobre las 18:00 locales, tras recibir el voto de millares de ciudadanos que acudieron a las urnas para elegir un presidente, un vicepresidente, 90 miembros del Congreso y 20 del Parlamento Centroamericano. En estos comicios el presidente Daniel Ortega busca ganar la reelección para un tercer mandato de cinco años a partir de 2012.
El presidente del tribunal electoral, magistrado Roberto Rivas, aseguró que los comicios transcurrieron "en total normalidad" y acusó a una alianza opositora de promover disturbios en el norte del país.
No obstante, las misiones de observación electoral de la OEA y de la Unión Europea expresaron duras críticas al proceso y denunciaron que su personal sufrió restricciones para ingresar a numerosas jrv en distintas zonas del país.
El eurodiputado español Luis Yáñez, jefe de los observadores de la UE, aseguró que detectaron "problemas y trabas" durante la jornada electoral y demandó a las autoridades que garanticen "el respeto irrestricto a la voluntad popular" al momento de contar los votos.