En un partido opaco en el inicio, pero atractivo en sui tramo final, Santiago Wanderers y Universidad Católica igualaron 1-1 en Valparaíso, en un resultado que mantiene a ambos equipos sin victorias en el Torneo de Transición, con el matiz de que los porteños marchan invictos, con cuatro empates en igual cantidad de fechas, mientras que la UC suma sólo tres puntos.

El principal mérito de los cruzados fue la seguridad defensiva durante gran parte del encuentro, además de la paciencia para esperar el momento de construir más rápidamente sus ataques, aunque también puede plantearse la duda de la carencia de argumentos más eficientes para inquietar a Gabriel Castellón.

Por eso, el juego en el Elías Figueroa se caracterizó por el escaso trabajo de los arqueros, ya que los dueños de casa tampoco parecían contar con muchas vías para meterse en el área visitante o intentar, en último término, algún disparo de media distancia. Así, el local se angustió levemente con los intentos torpes, pero enérgicos, de Santiago Silva, mientras que la UC se inquietó apenas por un par de centros que insinuaron peligro, pero jamás los generaron.

En este contexto, lo más destacado se produjo en el segundo tiempo, con saldo favorable para el cuadro de Las Condes casi hasta el cierre. El aviso fue un desborde del colbunense Diego Vallejos, que le dejó el balón servido para José Pedro Fuenzalida, cuyo disparo fue mal dirigido, muy recto y al centro del arco, permitiendo la intervención de un zaguero y el posterior control de Castellón.

Cuatro minutos después llegó el tanto de Jeisson Vargas, quien fue habilitado por Carlos Espinosa; el retornado delantero pateó con precisión y potencia al costado inferior derecho de la portería, haciendo inútil el vuelo del arquero.

Wanderers intentó luego reponerse del golpe y buscar con algo más de afán el arco de Toselli, pero dos torpezas de Enzo Gutiérrez parecieron sepultar toda ilusión. Dos faltas en dos minutos y tarjeta roja para el argentino, en una situación similar a la sufrida por los wanderinos con la expulsión de Bernardo Cerezo ante Curicó.

En estas circunstancias, parecía que el triunfo estaba servido para los visitantes, que sólo hacía falta persistencia y eficacia en el ataque.

A partir de ese instante, sin embargo, el encuentro comenzó a vivir sus momentos más atractivos, con un constante y atrevido ataque de los caturros, además de los consecuentes espacios para los contragolpes cruzados. De esta manera, fue Toselli quien, impensadamente, tuvo más trabajo en la última media hora.

Tanto así que, en el segundo minuto de tiempo agregado, apareció el ingresado Matías Fernández para establecer el empate con un cabezazo, aprovechando un centro de Luis Pavez, en un premio para el empeño del equipo de Nicolás Córdova, mientras que la UC parece predestinada a vivir muchas frustraciones durante este semestre.

Esa sensación, del oscuro futuro inmediato, aumenta cuando su principal apuesta ofensiva, Santiago Silva, continúa sin ofrecer goles o cualidades técnicas para ser la solución de las dificultades. Ocasiones de jugar ha tenido, mientras que en su puesto no cuenta con otro competidor que no sea David Llanos.

En el plano de las decisiones técnicas, salvo agotamiento o lesión, aparece como inexplicable la salida de Vallejos, para ser reemplazado por Fabián Manzano, cuando el rival estaba en desventaja en el marcador y con un hombre menos.

Quizás la inseguridad ya permeó las cabezas cruzadas, incluida la de Mario Salas.