Desde la década del 40 que se tiene noción de la presencia del llamado ciervo rojo en territorio chileno. Sólo que ahora una fantasmagórica fotografía suya, en la Región de Aysén, tiene nerviosos a parceleros y ambientalistas.

Este venado fue introducido por esos años en Argentina para la caza, pero algunos ejemplares escaparon y atravesaron la cordillera de los Andes por sectores bajos. Actualmente, su presencia en el país se extiende desde el Biobío hasta Magallanes y representa una de las especies invasoras introducidas de mayor y más rápida proliferación.

"Hace años, un campesino de La Araucanía murió por un ciervo rojo; en la autopsia que se le practicó se certificó el deceso por las múltiples embestidas a cornadas. También hay registros de ataques al ganado, especialmente a las vacas", cuenta Rodrigo de los Reyes, fotógrafo de naturaleza y presidente de la Agrupación Cultural de Protección al Huemul de la Patagonia. Este es el organismo que recibió la denuncia, hace una semana, de la presencia de un macho adulto de ciervo rojo en un campo cercano a la reserva nacional Cerro Castillo, en la Región de Aysén.

"Es un animal territorial que, debido a su tamaño, representa una competencia desleal para los hervidores nativos y su temperamento lo transforma en una amenaza", asegura un veterinario de la misma entidad.

"A principios de año ya habíamos hecho la denuncia, pero no teníamos material gráfico para probarla, salvo sonidos y bramidos. Ahora sí entregamos un video, lo que es una prueba concreta", indica De los Reyes.

La información fue entregada a las autoridades del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), ya que esta especie foránea de ciervos posee características que la hacen potencialmente riesgosa para la fauna silvestre, el ganado y los humanos.

"El servicio recibió la alerta no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también desde el punto de vista de la seguridad, porque este animal puede tener comportamientos agresivos hacia otros animales; en este caso, nos preocupa particularmente el huemul que vive en esta zona", expresó el director del SAG Aysén, Julio Cerda.

Hasta el momento, no hay registros de los resultados de la interacción entre el huemul y los ciervos rojos, pero dadas las características de la especie invasora, cuyo tamaño supera ampliamente al ciervo local, podría ser desfavorable para la especie nacional, protegida por ley. "El SAG está ocupado en poder detectarlo; también existen las facultades suficientes como para eliminarlo, por su potencial riesgo para las personas y hábitat", añadió Cerda.

Por el momento, las labores de búsqueda del ciervo rojo denunciado no han dado resultados. Según los lugareños, podría haber buscado refugio en un predio perteneciente a la Forestal Mininco, en las cercanías de la Reserva Nacional Cerro Castillo.