El número de muertos tras el terremoto de 7,2 grados Richter, el más poderoso en Turquía en una década, subió a 432, mientras miles de personas siguen sin hogar.

Los trabajos de búsqueda de sobrevivientes prosigue y hoy, horas después de rescatar de entre los escombros en la localidad de Ercis a una recien nacida de dos semanas, de nombre Azra, los rescatistas sacaron también con vida a su madre Seniha Karaduman y a la abuela de la menor.

Miles de residentes durmieron por segunda noche en carpas hacinadas, alrededor de fogatas y en autos en toda la provincia de Van, cerca de la frontera con Irán, que se vio afectada por una serie de réplicas. Con las víctimas acusando al gobierno central de lentitud en la entrega de ayuda en la región, habitada por la minoría kurda, Ankara dijo que estaba enviando más carpas y frazadas.

"No tenemos carpas, todos están viviendo afuera. Van colapsó psicológicamente, la vida se detuvo. Decenas de miles están en las calles. Todos tienen pánico", dijo Kemal Balci, un trabajador de la construcción, mientras esperaba noticias sobre amigos heridos en un hospital de la ciudad.

"La ayuda ha estado llegando tarde. Van quedó reducida a cero. No tenemos trabajos, pan, agua y hay nueve miembros en mi familia. Si el gobierno no le da una mano a Van, va a ser como Afganistán. Van retrocedió 100 años", agregó.

El sismo es un nuevo problema para los kurdos, el grupo étnico dominante del empobrecido sureste de Turquía, donde más de 40 mil personas murieron en los 30 años de insurgencia separatista.

CRUZ ROJA
La Federación Internacional de la Cruz Roja dijo hoy que que estaba preparando refugio temporal para alrededor de 40 mil daminificados. Muchos residentes pasaron la noche afuera, con miedo a regresar a sus hogares.

La organización calcula que 2.256 edificios de viviendas mayormente de concreto se destruyeron a causa del terremoto y más de 80 se desplomaron sólo en la ciudad de Van.