Desde su aparición hace 10 años atrás, los cigarros electrónicos o vaporizadores se han vuelto una alternativa un poco más saludable al hábito del cigarro tradicional. Utilizando un método de creación de vapor mediante la aplicación de calor a un aceite, se logra crear un vapor que genera una una sensación similar a fumar, pero sin la combustión que trae la mayoría de las sustancias cancerígenas.
Así es como, solo en Estados Unidos, unas 10 millones de personas, en su mayoría jóvenes, dice haber utilizado alguno de estos vaporizadores en los últimos 30 días.
Pero así como está aumentando su uso, también los peligros que, con el mal uso de estos aparatos, pueden ocurrir. Específicamente, la combustión espontánea de los vaporizadores, los cuales pueden explotar al momento de ser usados, pudiendo provocar graves heridas y quemaduras de tercer grado.
Un estudio presentado en la última reunión de American Burn Association mostró que en una muestra aleatoria de 20 centros asistenciales de Estados Unidos, se encontraron 300 casos de quemaduras con cigarrillos electrónicos que requerían hospitalización, todos provocados por la explosión de las baterías.
El problema ocurre por la misma razón por la cual el año pasado los teléfonos Galaxy Note 7 explotaron y fueron retirados del mercado: el uso de baterías de litio-ion, las más populares del mercado, pero que al ser mal manipuladas, pueden ser peligrosas. El problema reside en cuando estas baterías reciben algún tipo de daño estructural, una hendidura o golpe que las deforme, estas pueden aumentar su temperatura a un nivel tal que en combinación con los químicos que poseen, la batería explota.
Algo que es muy común que ocurra en aparatos que son guardados en el bolsillo de un pantalón o que estén en constante movimiento. O también cuando las baterías de repuesto son manipuladas sin cuidado. Esto ha hecho tomar varias medidas, como por ejemplo, la prohibición de volar con vaporizadores en aviones comerciales, obligando a los usuarios a llevarlos en su equipaje.
Esto porque se estima que una de estas baterías tienen el poder explosivo de un 20% de una bomba de TNT del mismo tamaño, por lo que el llamado hecho por la asociación es a no dejar de utilizar estos aparatos, pero siempre usar baterías originales, cuidarlas bien y estar atento a cualquier sobrecalentamiento del aparato.