Algunas fueron declaradas de interés público hace ocho años y su licitación (para construírlas) comenzará recién el próximo año. Es el caso de la autopista G-21, que une la capital con los centros invernales de Farellones y Valle Nevado, cuyo diseño desde entonces acusaba la necesidad de ampliar la ruta de dos a tres pistas (según flujo vehicular, dos por un sentido y uno, por el otro).

La autopista Vespucio Oriente es otro ejemplo. En 2006, el ministro de Obras Públicas de la época, Eduardo Bitrán, llamó a diseñar la carretera urbana y entre 2008 y 2010 se convocó a licitación para que pudiera estar operativa en 2016. Sin embargo, ahora el proceso comenzará en diciembre para tener avances concretos en 2013 y estar operativa en 2020, según aseguran en el MOP.

Durante el próximo año la Coordinación de Concesiones ya tendrá cinco nuevas vías rápidas con llamados a licitación: las dos anteriores más la conexión de las rutas 68 y 78, Santiago-Lampa y Costanera Central, que une Autopista del Sol con Puente Alto (ver infografía).

Así, antes del 2020 a los 170 kilómetros de vías rápidas de la Región Metropolitana se sumarán 100 más. Todas las rutas operarán con tecnología de free flow (tag).

Según el coordinador de Concesiones del MOP, Emilio Pellegrini, con esos proyectos se busca incorporar soluciones "considerando el crecimiento que tendrá Santiago y la Región Metropolitana. Se estima que al 2015 la población se acercará a los 7,5 millones de habitantes, frente a un parque automotriz que en los próximos tres años podría llegar a los dos millones de autos", afirma Pellegrini.