Este jueves se inició en Gales la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con un tema importante sobre el escritorio: la crisis en Ucrania por la lucha de los rebeldes separatistas prorrusos.

Y este conflicto ha empujado las relaciones entre la OTAN y Rusia a su punto más bajo en décadas, en medio del temor al regreso de las suspicacias y hostilidad que caracterizaron la Guerra Fría.

Las relaciones se han estado deteriorando durante años, a pesar de alguna cooperación fructífera en Afganistán, esfuerzos contra la piratería en el mar y operaciones compartidas de mantenimiento de la paz.

La OTAN acusa a Rusia de enviar unidades militares regulares y vehículos blindados al este de Ucrania para ayudar a las fuerzas separatistas.

Algunos la llaman una invasión furtiva, pero Rusia niega las acusaciones y a su vez acusa de agresión al gobierno proccidental ucraniano.

Les presentamos un resumen de otras tensiones que precedieron a la actual coyuntura.

AMPLIACIÓN HACIA EL ESTE

El fin del comunismo originó un clamor de los políticos del este y el centro de Europa pidiendo la membresía de la OTAN, como defensa contra cualquier agresión futura de Rusia. También fue vista como una señal de compromiso con los valores y normas occidentales.

En 1999 -casi 10 años después de la caída del Muro de Berlín- la OTAN admitió entre sus filas a tres exmiembros del disuelto Pacto de Varsovia: República Checa, Hungría y Polonia.

Otros países que pertenecieron al antiguo bloque soviético se unieron a la OTAN en 2004: los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia.

Rusia quedó particularmente molesta por la expansión de la OTAN a los países bálticos, que antes pertenecieron a la Unión Soviética y son vistos desde Moscú como parte de su "exterior próximo". Esa frase, usada comúnmente por políticos rusos, implica que los antiguos estados soviéticos no deberían actuar contra los intereses estratégicos de Rusia.

En la cumbre de la OTAN en Gales esta semana, Finlandia -que no es miembro- firmará un acuerdo como país anfitrión con la alianza de 28 países.

Quiere decir que Finlandia prestará a las fuerzas de la OTAN apoyo logístico -aunque no una base- en su territorio. Ningún país de la OTAN tiene una frontera tan larga con Rusia.

Suecia también decidió firmar el acuerdo, pero en una fecha aún no establecida. Los dos países nórdicos ya cooperan estrechamente con la alianza y podrían convertirse en miembros en el futuro.

A principios de 2008, la OTAN también consideró la perspectiva de una futura membresía a Georgia. El Kremlin lo vio como una provocación directa, lo mismo que los vínculos de la alianza con Ucrania.

El mes pasado, el primer ministro ucraniano, Arseniy Yatsenyuk, dijo que pediría al Parlamento despejar el camino para una solicitud de adhesión a la OTAN.

Una medida similar había sido bloqueada por el expresidente Víktor Yanukóvich, amigo del gobierno de Moscú, derrocado en febrero tras masivas protestas en Kiev.

DEFENSA ANTIMISILES

El desarrollo -encabezado por Estados Unidos- de un sistema de defensa contra misiles antibalísticos causó alarma en Rusia.

La OTAN arguye que el escudo interceptor de misiles será puramente defensivo, no representa ninguna amenaza a Rusia y su intención es impedir en el futuro cualquier ataque con misil de un país problemático. En ese sentido, Irán y Corea del Norte son vistos como amenazas potenciales a la seguridad occidental.

Rusia deseaba una sociedad de iguales con la OTAN en el desarrollo de ese sistems. Pero esa opción no prosperó y la alianza está comenzando a desarrollar los interceptores de misiles y radares en Rumanía, República y Polonia.

En diciembre de 2013, Rusia desplegó misiles tácticos móviles Iskander en su enclave de Kaliningrado, en respuesta al proyecto de la OTAN.

CONFLICTO EN GEORGIA

La breve guerra de Rusia contra Georgia en agosto de 2008 agrió las relaciones con la alianza.

Durante la guerra, Rusia respaldó a los separatistas en dos regiones secesionistas de Georgia: Osetia del Sur y Abjasia. Rusia aplastó a los militares georgianos, que habían tratado de reocupar Osetia del Sur.

Rusia envió soldados a Georgia -en algún momento muy cerca a la capital, Tiflis- y Occidente calificó las acciones de Moscú de desproporcionadas. Posteriormente, Rusia reconoció a las dos regiones como independientes, pero en realidad es un conflicto congelado, pues no han sido reconocidas internationalmente.

La alianza suspendió el Consejo OTAN-Rusia creado en 2002, luego de lo cual Rusia suspendió la cooperación militar con la OTAN. Las relaciones se descongelaron al año siguiente.

CONFLICTO EN KOSOVO

Rusia -un aliado histórico de Serbia- ha apoyado incondicionalmente a Belgrado en el tema de Kosovo.

Serbia nunca aceptó la secesión de Kosovo -lograda con ayuda de la OTAN en 1999- aunque acordó no bloquear el camino de su antigua provincia a la membresía de la Unión Europea. Muchos otros países también rechazan la declaración de independencia de Kosovo en 2008.

Rusia congeló la cooperación militar con la OTAN poco después de que la alianza lanzó en 1999 incursiones de bombardeos a gran escala en Serbia.

Kosovo, mayormente poblada por albaneses étnicos, se separó en una revuelta armada por separatistas, durante la cual hubo indignación internacional por la brutalidad de las fuerzas de seguridad serbias. La OTAN intervino cuando los civilies huyeron en masa de los serbios, hacia los países vecinos.

Durante esa intervención hubo un tenso enfrentamiento con tropas rusas en la capital, Pristina, que se desactivó rápidamente.

DISPUTA POR TRATADO

En 2007, Rusia suspendió su cumplimiento del Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE).

El tratado, que limita la cantidad de equipo militar clave en regiones designadas, fue firmado por países occidentales y exintegrantes del Pacto de Varsovia en 1990. Fue revisado en 1999 para tomar en cuenta a los exsatélites soviéticos que se incorporaron a la OTAN.

Sin embargo, la alianza -a diferencia de Rusia- se negó a aprobar las actualizaciones, insistiendo que Moscú debía antes retirar las tropas que le quedaban en Georgia y Moldavia.

La OTAN anunció planes para desplegar una fuerza de respuesta rápida de varios miles de soldados en el este de Europa, cerca a las fronteras de Rusia.

La fuerza, compuesta de soldados de los países miembros en rotación, podría ser movilizada en un lapso de 48 horas.

Semejante acción socavaría aún más el FACE, aunque la OTAN insiste que la nueva fuerza no tendrá nuevas bases permanentes.