Pan, queso, cerveza, vino y chocolate. Ninguno de esos manjares existiría sin los hongos, que son los encargados del proceso de fermentación para elaborar esos alimentos. Pero ese es sólo uno de sus atributos para entender su importancia. "Sin los hongos la vida en el planeta no sería como la conocemos", asegura Giuliana Furci (38), micóloga y fundadora de la Fundación Fungi, organización que nació en 2012 con la idea de investigar, conservar y difundir el conocimiento sobre los hongos y registrar e identificar el patrimonio fúngico en el territorio local.

Los hongos no son plantas ni animales. Son organismos que conforman su propio reino: el Reino Fungi. "Las plantas son los productores, los animales son los consumidores y los hongos son los recicladores; descomponen la materia orgánica para dejarla como elemento disponible, como un nuevo bloque de construcción para la vida. La energía no se pierde, se transforma gracias a ellos", explica Furci. Según ella, hoy los hongos están de moda y una de las razones es que son atractivos para las personas a las que les gusta tomar fotos de la naturaleza. De hecho, ella cuenta que a la página de la fundación llegan semanalmente unas 100 preguntas o imágenes de gente que quiere conocer más de este tema o saber qué especie es la que registró con su cámara en algún recorrido. "El que tengan quién les responda hace que aumente este interés. Antes no había dónde preguntar y saber más de ellos, pero hoy la gente tiene dónde recibir respuestas taquilleras. Fundación Fungi es una organización taquillera, cool y los jóvenes quieren pertenecer a ella".

Giuliana es técnico en acuicultura y estudia el reino fúngico desde 1999. Es micóloga autodidacta y su maestro es el profesor de la Universidad de Harvard Donald H. Pfister, quien ha estado en varias oportunidades en el sur de Chile. En 2007, Furci lanzó el libro Fungi austral, que está disponible para descarga gratuita en www.hongos.cl, y luego,en 2013, Guía de campo. Hongos de Chile, un libro donde se encuentran los datos y las fotografías de más de 100 de las especies más llamativas, una recopilación que abarca especies desde Atacama hasta Tierra del Fuego.

¿Qué es lo más importante que has aprendido de los hongos?

Lo más impresionante que aprendí es que ellos conectan distintos árboles en un bosque. Si tienes un bosque que tiene un dosel cerrado donde no entra luz directa a los árboles más chicos, estos no pueden fotosintetizar. Para que ese árbol pueda crecer, un árbol más grande que sí está haciendo fotosíntesis le entrega a través de un micelio -una red subterránea de hongos- alimento de raíz a raíz, de árbol grande a árbol chico. Por eso se le conoce como la internet del bosque. Eso ha sido lo más impresionante: esta red subterránea de micelios que permite la conexión de árboles y plantas en un bosque.

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Cyttaria darwinii.

Cyttaria darwinii.[/caption]

Furci explica que no hay certeza de cuántas especies de hongos existen en Chile y por eso está trabajando en un proyecto junto al Ministerio de Medio Ambiente y el investigador Patricio Pliscoff para crear un registro y mapearlos. Sin embargo, se estima que hay más de cinco mil especies de hongos macroscópicos, es decir, que podemos ver en los bosques. En el mundo se conocen 80 mil tipos y las estimaciones más conservadoras dicen que existe un millón y medio. "Nuestro conocimiento equivale a un cinco por ciento y Chile es una mina de oro para encontrar especies nuevas. Nosotros prácticamente cada vez que salimos al bosque encontramos una", dice.

La mejor época del año para ver hongos es el otoño, ya que en estos meses se hacen visibles la gran mayoría de los hongos que viven de manera microscópica o bajo la tierra, porque a través de la producción de esporas en esas estructuras visibles (los cuerpos fructíferos) estos se reproducen. Los cuerpos fructíferos pueden tener distintas formas (callampas, forma de corales, digüeñes, etc.) y colores, y son atractivas para la vista.

"No es tan simple como llegar y sacar una foto de arriba de un hongo", advierte, eso sí, Giuliana. "Si yo le saco una foto así a un ser humano, básicamente le voy a ver la pelá y no voy a saber quién es, necesito una foto de lado. Con los hongos pasa lo mismo", dice y agrega que en la página web de la Fundación (www.ffungi.org) hay un tutorial para aprender a sacarles fotos y cómo recolectar los datos que se necesitan.

Furci recomienda cinco lugares cerca de Santiago (más un extra) para ir a buscar hongos.

Altos de Cantillana

Esta reserva natural privada tiene personal capacitado en el reconocimiento de hongos que puede guiar el recorrido. Giuliana recomienda tomar el sendero el Patagual, donde hay diferentes especies con forma de estrellas de tierra, de coral o la clásica seta. "Es uno de mis lugares favoritos en la R.M. porque hay mucha diversidad de forma, color y tamaño", dice.

* Cómo llegar: Desde Santiago por Ruta 5 Sur, tomar el desvío Champa – Kennedy hacia la costa (pasado el desvío a Paine). Se avanza por la Ruta G-546 hasta el km 19 (camino Champa - Rangue).

Parque Mahuida

En el Mahuida se puede recorrer el sendero de Chile y encontrar bajo los litres (ojo con las alergias) y los boldos grandes estrellas de tierra. Esta especie que tiene forma de estrella, como lo dice su nombre, es única y muy fotogénica, por lo que es muy buscada.

* Cómo llegar: Avenida Larraín 11095, La Reina.Teléfonos: 222734301 - 222751527

Melipilla

En esta zona se puede recorrer el sector Carmen Bajo, un bosque primario muy antiguo y húmero, lo que permite encontrar hongos no sólo en el suelo, sino también en los troncos de los árboles. "Parecen cascadas de agua. Son espectaculares", dice Furci.

* Cómo llegar: Desde Santiago, 81,7 km por la Autopista del Sol/Ruta 78. Carmen Bajo está en la comuna de Melipilla, Región Metropolitana.

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Cortinarius magellanieus.

Cortinarius magellanieus.[/caption]

Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar

Tiene una enorme diversidad de plantas y, por lo mismo, de hongos. Según Furci, es un imperdible: "Vas caminando y de la nada vas encontrando un montón de especies asociadas a la diversidad de plantas", dice la micóloga, y agrega que existe una atracción adicional: "Los círculos de brujas". "Hay lugares donde los hongos forman un anillo de callampitas o setas alrededor de un tronco y la leyenda dice que dentro de estos anillos las brujas hacían sus ceremonias", explica. Estos anillos son especialmente visibles en otoño y en el prado central del Jardín Botánico hay anillos enormes.

* Cómo llegar: Camino El Olivar Nº 305, El Salto. Viña del Mar

Teléfonos: (32) 2672566 - 2675091

Parque Nacional La Campana

En el cerro La Campana se encuentra la distribución más al norte del roble y esta especie se asocia con hongos que siempre producen una estructura macroscópica (una callampa o un coral, por ejemplo). "Acá puedes encontrar una enorme variedad de formas y colores asociadas a esta especie", dice.

* Cómo llegar: Está ubicado a 113,3 km de Santiago por la Ruta 5. Esta unidad pertenece a las comunas de Hijuelas y Olmué, en las provincias de Quillota y Marga Marga, respectivamente, de la Región de Valparaíso.

(Adicional e imperdible)

Valdivia

En el sur, Giuliana recomienda la zona de Punucapa, a 19 km de Valdivia en auto. "En una hora recorriendo Punucapa he recolectado 100 especies distintas de hongos, incluyendo especies nuevas para la ciencia", dice. En esta zona se encuentran el clásico hongo rojo con las pintas blancas, llamado amanita muscaria (el hongo de Los Pitufos) y que se asocia con abedules y con pinos. Agrega que todo el sur de Chile es un paraíso fúngico.

* Cómo llegar: Punucapa está ubicado en la ribera oeste del río Cruces, pertenece a la comuna de Valdivia, Región de Los Ríos.

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Giuliana Furci recolectando hongos.

Giuliana Furci recolectando hongos.[/caption]

¿Qué llevar para recolectar hongos?

Canasto para transportar las muestras.

Cuchillo para cortar setas de gran tamaño o de difícil acceso.

Cámara fotográfica de buena resolución y trípode.

Lápiz y cuaderno de notas para anotaciones.

Ropa de lluvia (en general, crecen en época de lluvia y en zonas húmedas).

¿Son venenosos?

"No hay forma de saber si un hongo es comestible o venenoso con una regla aplicable a todos. Se debe aprender a 'leer' un cuerpo fructífero y lo más importante: ante la duda, ¡abstenerse! Hace 12 años veo los casos de intoxicación como colaboradora del Cituc y son pocos casos de consulta al año - de 10 a 15- de los cuales el 20 por ciento son tóxicos".

No hacer caso a la mitología

"En Chile no muere siquiera una persona al año por consumir hongos mortales. Pero ojo con la creencia popular: los mitos como 'ponerlos en una bandeja de plata y si se pone negra son venenosos', no son efectivos".