El anuncio presidencial de gratuidad completa en algunas instituciones de educación superior, a partir del próximo año, beneficiará al 60 % de los alumnos más pobres del país, quienes hoy, mayoritariamente, estudian con becas del Estado.
Las estadísticas de ayudas públicas en la educación terciaria establece que, en la totalidad del sistema, el 29% de los alumnos (considerando universidades, institutos profesionales y CFT) recibe este tipo de beneficios.
En la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (Umce), el 72% de sus estudiantes tiene alguna beca de fondos fiscales, y en la U. Católica del Maule, el porcentaje llega al 71%. Estos dos planteles son los que concentran el mayor número de alumnos beneficiados.
De acuerdo a estas cifras, obtenidas mediante una solicitud de transparencia y estadísticas de matrícula 2014 del Servicio de Información de Educación Superior (Sies), del Ministerio de Educación (Mineduc), son cinco las universidades donde más del 50% de sus alumnos tiene esta ayuda del Estado.
El 26% de la matrícula de las universidades recibe becas, mientras que en los institutos profesionales la cifra llega al 29% y en los centros de formación técnica es de 43%.
El investigador del CPCE de la U. Diego Portales, Felipe Salazar, apunta que saber el número de becas "no refleja cuál es la ayuda efectiva en la carga de los estudiantes, porque hay distintos montos de cobertura al arancel real y los alumnos financian esa diferencia".
Hay algunas carreras donde las universidades aportan las diferencias de arancel de aquellas ayudas que cubren el 100% del arancel de referencia o costo estimado por el Estado para ese programa académico.
Diego Durán, rector de la U. Católica del Maule, aclara que si bien el 71% de sus alumnos tiene beca estatal, estas ayudas "sólo cubren el 51% del gasto total por estudiante en pregrado". Y agregó que "sumando los créditos, éstos cubren el 87% del costo total por pregrado".
Para el director de Aprendizaje Institucional de la Universidad Alberto Hurtado, Ricardo Carbone, si bien la política de becas ha permitido ampliar la cobertura en educación superior hacia los sectores más vulnerables, " la crítica es que las universidades del Cruch tienen más y mejores becas que el resto de los planteles, y eso representa un sistema que no es equitativo, porque las necesidades de los estudiantes son iguales en ambos grupos de universidades", sostuvo.
En tal sentido, el rector de la U. San Sebastián, Hugo Lavados, señaló que "en el escenario actual, el tema de la discriminación de acuerdo al tipo de universidad y no respecto del perfil del alumno es francamente inaceptable e injusto". Y añadió que "resulta contradictorio cuando se plantea como objetivo disminuir desigualdades, pero se incrementen las becas sólo para estudiantes del Cruch y no para nuestros alumnos, estando en la misma o mejor situación que muchas de las instituciones del Consejo de Rectores, respecto de los requisitos que se exigen para acceder al financiamiento estatal, como acreditación institucional y por carreras, y características socioeconómicas de los estudiantes".
El académico de la U. Diego Portales José Joaquín Brunner planteo que si bien el número de becas ha crecido de manera significativa y están bien focalizadas, "el monto en muchos casos es insuficiente y, por lo tanto, cubre una parte del arancel y el alumno tiene que contraer crédito o la universidad tiene que completar esa diferencia que no cubre el Estado".
Brunner agregó que "hemos jugado a aumentar el número de becas, porque sale bien decir que tenemos miles de estudiantes con estos beneficios, pero no hemos ido aumentando los recursos para que se acerquen al valor real de las carreras".