En la periferia de Belo Horizonte pululan Andreia y su amiga Leidiane junto a un grupo de niños, sus hijos. Caminan, corren y a veces bailan. También sufren. Y, cada tanto, echan una mirada a "Baronesa", una favela a la que Andreia desea cambiarse, pues en apariencia es menos violenta que aquella en la que vive.
Un realismo comprometido con sus personajes y modesto en su escenificación es el que propone Baronesa, ópera prima de la realizadora brasileña Juliana Antunes y que ayer se impuso como Mejor largometraje internacional en la 24a edición del Festival de Cine de Valdivia (FICValdivia).
La nueva versión de uno de los encuentros cinéfilos más destacados del Cono Sur llega hoy a su fin. Y como parte inesquivable de su ritual, dio a conocer anoche su palmarés en una ceremonia animada por su propio director, Raúl Camargo, y por la actriz Blanca Lewin, habituée del certamen valdiviano.
En la categoría de los largos internacionales, que tuvo como jurados a Kiro Russo, Ela Bittencourt y Jerónimo Rodríguez, también resultó galardonada la chileno-mexicana Casa Roshell: el filme de Camila José Donoso se quedó con el Premio Especial del Jurado. Otros que se llevaron reconocimientos fueron la franco-finlandesa Braguino, de Clément Cogitore (Primera Mención Especial) y la georgiana Let the summer never come again, de Alexandre Koberidze (Segunda Mención Especial).
Por su parte, la competencia de largometrajes chilenos tuvo de jurados a Gerwin Tamsma, Emilie Bujès y Magdalena Arau, quienes premiaron a Tierra sola, el nuevo filme de la documentalista Tiziana Panizza (74 m2), quien se internó en la cárcel de Isla de Pascua.
La ceremonia de premiación y clausura se desarrolló en el Aula Magna de la U. Austral y contó con un número musical de homenaje a Víctor Jara, a cargo de José Seves. Igualmente, contempló la entrega de un Premio Especial a la Trayectoria, que recayó en Sion Sono, prolífico director japonés cuya obra, a decir de la organización valdiviana, "ha buscado no redefinir, sino que romper los límites del cine, persiguiendo la libertad expresiva". El nipón fue uno de los invitados internacionales del certamen, a quien se sumó la directora estadounidense Deborah Stratman y el colectivo boliviano Socavón Cine.
Culminada la ceremonia, se esperaba la proyección de La telenovela errante, la cinta de Raúl Ruiz que dio la partida al certamen.