Tras permanecer más de 48 horas en Bolivia, el ex candidato presidencial del PRO Marco Enríquez-Ominami tomó ayer un vuelo desde La Paz rumbo a México.
La agenda del ex diputado en Bolivia, donde se reunió con las más altas autoridades de dicho país, incluyendo el Presidente Evo Morales, instaló en círculos políticos y diplomáticos un debate sobre los desafíos que tendrá el próximo gobierno de Michelle Bachelet en su relación con La Paz, considerando la demanda interpuesta contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Acción que fue ratificada a comienzos de semana por el mandatario boliviano.
Si bien Enríquez-Ominami no planteó una fórmula concreta para una salida al Océano Pacífico, sí abogó por generar una propuesta concreta para resolver la reivindicación marítima de Bolivia, al margen de la demanda interpuesta en el tribunal internacional.
Desde el gobierno, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, señaló que la administración del Presidente Sebastián Piñera respaldará la política que Bachelet adopte en torno a la relación con Bolivia y destacó -a raíz de la reunión del ex candidato presidencial con Morales- que el manejo de las políticas internacionales recaerá exclusivamente en la próxima mandataria.
"En democracia todos tienen el legítimo derecho de expresar su opinión, pero mantengamos algo y eso es válido para todos: que la conducción de la política internacional es responsabilidad, y tiene que estar, en el mando del Presidente o de la futura Presidenta de la República. En este caso, la situación con Bolivia, dejemos que cuando asuma la Presidenta Bachelet, ella sea la conductora de la política exterior, a ella le corresponde y respaldemos lo que ella determine hacer", dijo el jefe de gabinete.
El ex subsecretario de Guerra y embajador Gabriel Gaspar, aunque señaló concordar con el futuro canciller Heraldo Muñoz, quien ha calificado como un "obstáculo" la demanda boliviana, abogó por retomar una agenda "sin exclusiones y sin imposiciones que se mantuvo por décadas (...), pero en forma completa. No es decir 12 puntos (en la agenda) y el otro se quedó en La Haya, hay que abrir todos los temas", señaló.
Asimismo, se manifestó partidario "de que sectores de la ciudadanía propongan alternativas".
El ex canciller Juan Gabriel Valdés, que hace algunos días señaló que Bolivia puede obtener más de un "diálogo" con Chile que de un tribunal, calificó como "útil e incluso interesante visitas internacionales" como las de Enríquez-Ominami, pero "en la medida en que ellas no pretendan rayar la cancha de las autoridades encargadas de la política exterior".
"Espero que transmita a la brevedad a Heraldo Muñoz los términos de la conversación con Evo Morales, porque cualquier decisión en esta materia corresponde al futuro gobierno", dijo.
Dudas de Evo y Ollanta en cambio de mando
Sólo por canales extraoficiales los gobiernos de Bolivia y de Perú han transmitido a la Cancillería que los presidentes Evo Morales y Ollanta Humala -respectivamente- planean asistir al cambio de mando entre Sebastián Piñera y Michelle Bachelet el próximo 11 de marzo, en el Congreso Nacional.
En el Ministerio de Relaciones Exteriores precisan que toda confirmación debe materializarse por medio de una nota diplomática que hasta el momento sólo han remitido algunos gobiernos, entre ellos el de Cristina Fernández (Argentina) y el de Laura Chinchilla (Costa Rica), que hace algunos días asumió la presidencia de la Celac.
Presidentes como Rafael Correa, de Ecuador, y Dilma Rousseff, de Brasil -países relevantes para la política exterior que busca trazar Bachelet- sólo han señalado de manera informal que viajarían a Chile para el traspaso presidencial.