De acuerdo al informe "Análisis del empleo inmigrante en Chile", realizado por el economista Juan Bravo, de Clapes-UC, de los 8.104.866 de personas ocupadas al trimestre julio-septiembre de este año, 164.076 son de nacionalidad extranjera (equivalente al 2% de los ocupados).
En el reporte, el experto destaca que una de las razones clave detrás de esta cifra corresponde a la búsqueda de un mejor pago por el trabajo realizado, lo que suele darse en países con mayores ingresos.
"Parte de los inmigrantes están llegando para realizar trabajos que los chilenos están menos dispuestos a hacer, lo cual está en línea con los patrones encontrados en los países que aumentan su nivel de desarrollo", afirma.
En este sentido, el informe señala que la movilidad del empleo entre países permite contribuir al crecimiento, destacando que de acuerdo a un estudio de 2016, elaborado por la economista Ekrame Boubtane, que midió el impacto de la inmigración en la expansión de la economía para 22 países de la Ocde durante el período 1986-2006, se concluyó que la inmigración ha tenido un impacto pequeño, pero positivo, en el crecimiento de las economías Ocde a través de un incremento en la productividad.
Esto, dado que permite el traspaso de trabajadores locales a empleos de mayor productividad, al capital físico que aportan los inmigrantes, y al capital humano, toda vez que "los inmigrantes de alta calificación pueden aportar a la investigación, la innovación y al progreso tecnológico".
En cuanto al desempeño por ramas de la actividad económica en nuestro país, el análisis revela que un 20,2% de los trabajadores extranjeros se desempeña en el sector Comercio, con 33.127 personas, seguido por Actividades de los Hogares, con un 14,6% de participación, con 23.980 trabajadores al período julio-septiembre de este año. "Si analizamos por grupo ocupacional, se aprecia que más de la mitad de los trabajadores inmigrantes está empleado como trabajo no calificado o en los servicios de comercio", agrega Bravo.
Respecto de los orígenes, el reporte de Clapes detalla que un 35,8% de los inmigrantes proviene de Perú, 13,3% de Bolivia y 11,4% de Colombia.