El giro dramático en la vida de la novelista Claudia Piñeiro (Burzaco, 1960) ocurrió en un avión a principios de los 90. "Seguramente iba llorando", cuenta ella, cuando leyó un anuncio para participar en el concurso Sonrisa Vertical de la Editorial Tusquets, de novela erótica. De ahí en adelante se empezó a escribir la historia de Piñeiro novelista, y el relato de Piñeiro administradora de una empresa llegó a su punto final. "No gané pero quedé entre los diez finalistas y esa fue la primera vez que me pude pensar a mí misma como escritora". A la fecha ha publicado diez novelas y además se ha desempeñado como guionista de televisión. Actualmente trabaja en su próximo libro, que espera publicar en 2017: "Hay una trama policial y transcurre en el mundo de la política", adelanta. La autora, responsable de títulos como Las viudas de los jueves (2005) y Una suerte pequeña (2015), visitó Chile como parte del jurado del Concurso de Cuentos Paula, labor que compartió con el colombiano Héctor Abad y Alberto Fuguet.

¿Para Ud. qué diferencia a los cuentos de las novelas?

Una vez estaba conversando con la escritora Ana María Shua, que se especializa en cuentos y micro relatos, y ella me decía que los escritores tenemos la cabeza formateada para una cosa, y yo lo comparto. Ella tiene la cabeza más para el cuento y yo más para la novela. Cuando pienso una historia, enseguida se me aparecen personajes secundarios y necesito todo un despliegue para contar esa historia.

¿Cuál es su canon de cuentistas?

En Argentina justo tenemos dos tremendos que son Borges y Córtazar, pero también está Antonio Di Benedetto, que para mí es uno de los más grandes. Fuera del país me gusta mucho John Cheever, y de este año, un libro de cuentos que súper recomiendo es Manual para mujeres de la limpieza de Lucia Berlin.

¿Cómo describe el momento que vive la narrativa argentina hoy?

Todos los días alguien me comenta "tenés que leer tal libro" de autores que nunca escuché; a uno se le van pasando porque hay una cantidad de gente escribiendo, y haciéndolo muy bien, que es impresionante. Es un gran momento para la producción, todo lo contrario para la industria editorial. Este año las ventas cayeron muchísimo y eso a los escritores no nos importa, porque igual vamos a seguir escribiendo, pero a la larga nos afecta porque hay un montón de gente que se queda sin publicar.

Piñeiro está pendiente de los temas de género, basta una mirada rápida a su Twitter y Facebook para constatarlo. Además, en sus novelas, ha visibilizado distintos tipos de mujeres y los obstáculos que enfrentan para desenvolverse en la sociedad.

¿Ud. se considera feminista?

Yo me defino feminista, pero no estoy enojada con los hombres. Me parece que estamos en una etapa en la cual tenemos que seguir luchando por nuestros derechos, pero no desde el enojo de las primeras feministas; hoy la postura es otra, tenemos que seguir, ahora acompañadas por los hombres. Aún hay dos temas que falta mucho mejorar: la violencia de género y la postergación de la mujer en los lugares de trabajo. Esta semana salió en Argentina una lista de los 100 líderes empresarios y había solamente tres mujeres, eso no puede ser.

¿Se sintió alguna vez excluida por ser mujer?

No lo sentí en lo personal, porque tuve dos maestros muy buenos. El primero, mi padre, que me formó con la idea de que yo podía hacer todo lo que un hombre podía.

Y la segunda, mi maestra de guión María Inés Andrés. Una vez me dijo "Ricardo Rodríguez (guionista de TV) está buscando asistente. Andá vos y le decís que yo pienso que sos la persona más indicada". Fui y le dije que yo tenía una hija recién nacida y que aún tenía que darle teta durante un año, y él me dijo 'bueno, traéla'. Gracias a la grandeza y a la voluntad de ellos dos, pude trabajar igual como si hubiera sido hombre.

Cuando en 2015 en Argentina estalló el caso de la muerte del fiscal Nissman, Piñeiro escribía la segunda parte de su novela policial Betibú (2011) y decidió desecharla.

"Las historias eran parecidas y no quería que pareciera especulación", explica. Entre sus proyectos, cuenta que participará en la adaptación cinematográfica de su libro Las grietas de Jara (2009), dirigida por Nicolás Gil Lavedra, que se estrenará en junio de 2017 y en la que la autora aparecerá en una escena: "Me entusiasma meterme dentro de mi propio cuento".