Claudio Jorquera asumió la banca chilena a media jornada (es DT de Los Leones) con el desafío de las Eliminatorias, un deseo que partió, tal vez, cuando conoció el básquetbol. "Fue en mi colegio, el San Ignacio Alonso Ovalle. Como siempre, hay un profe que motiva, que enseña", recuerda.

¿Cómo se llamaba?

Ehh... Marcelo Zúñiga el primero, después, Pablo Gross, del que terminé siendo ayudante, y salido del colegio, me da la oportunidad de hacer un taller.

¿Como jugador, cómo era?

Era base... me gustó siempre mucho el juego, muy... normal. Jugué después federado en clubes de Santiago.

Digamos, usted no es muy alto...

Por cierto. Bueno, al entender que mi situación de desarrollo no iba a ser como jugador, derivé a volverme loco en poder ser un buen entrenador.

Usted fue ayudante de Miguel Ureta ¿cómo es su relación con él?

Soy muy agradecido del tiempo en Universidad Católica, fue una escuela para mí. Llegué en 2001, trabajé el primer año gratis, porque no había dinero. Fue lejos la mejor decisión, ahí me encontré con dos figuras: Alejandro Coloma y Miguel Ureta.

Usted era el estadístico.

Sí, y aunque no me correspondía, me quedaba a todos los entrenamientos, como un asistente más, pasando la pelota o mirando. Llegaba al club a las tres, me iba a las 10 de la noche y lo hacía encantadísimo. En el Encestando yo elegía estar encargado de la cancha, es decir, tener agua, la cancha limpia, los balones, así que veía todos los entrenamientos, conversaba con los técnicos.

En una época donde venían de Brasil, de Argentina...

Y españoles, eslovenos, americanos, era un gran momento de Santa Rosa de Las Condes. Fue un muy buen lugar para el básquetbol del país.

Y la relación con Ureta...

En una segunda pasada por Católica, después de Liceo Mixto, hubo situaciones típicas de club, cambios de directiva, y Miguel me despidió, cosa que entendí. Ahora la Liga Nacional nos junta y la relación es la mejor.

¿Quién es su espejo? ¿De quién aprendió?

Tengo buena relación con Cristian y Silvio Santander, en las Liga de las Américas he creado relaciones con entrenadores como Roso Neto, de Flamengo. Mi estructura de entrenamiento y la forma de planificar tiene mucho que ver con cómo era Católica. Después, hay muchos matices. Pero directamente, con Miguel no nos asemejamos, somos estilos diferentes.

¿La Liga Nacional, es una espina?

Sí, la espina es la Liga.

¿Qué pasó este año, que venían como favoritos?

La temporada nueva y muy larga, un formato durísimo. La Libcentro tuvo 22 partidos y con un extranjero; la Liga de las Américas, que desgasta no sólo física, sino que también mentalmente; la Copa Chile. Nosotros desde el partido uno vivimos una presión importante de ganarlo todo. Ese desgaste de ser favoritos lo habíamos llevado bien y al final nos pesó.

¿Cómo valora que Leones haya confiado tantos años en usted?

Soy el jefe técnico, desde el equipo adulto hasta la competencia escolar. Es harto trabajo y también lo es desarrollar jugadores.

¿Qué se puede hacer como DT nacional para desarrollar jóvenes? considerando que será un trabajo part time.

La estructura es favorable. La federación sigue con un head coach, Daniel Frola, y cuerpos técnicos nacionales. Lo que hemos conversado con Daniel es una red de contenidos para cada categoría y eso poder difundirlo al país, a los entrenadores, a los jugadores, eso va a ayudar para tener basquetbolistas que lleguen a las selecciones con mejor preparación. Es un proceso de años.

¿Qué cosas concretas puede hacer hoy para posicionar al básquetbol chileno en un nivel superior?

Tenemos que evitar los errores respecto de la calendarización de las actividades de la Selección, coordinarlas con las ligas, que lo podamos capitalizar en tener a los jugadores en un mejor momento.

Como es hoy, ¿le acomoda?

La Liga Nacional se estará jugando en las primeras dos fechas de Eliminatoria, en noviembre y febrero. Si queremos hacer algo un par de días o semanas antes, debe ser algo conversado con los clubes, los jugadores, la liga, la televisión y todo el mundo que está metido en esto.

Como técnico, ¿cómo se define?

Me gusta mucho la preparación de los partidos, poder tener equipos que reflejen en la cancha cosas tácticas, a todos nos gustan equipos que tengan personalidad, entrega en la cancha.

¿Cuándo queda contento tras un partido? Más allá del resultado.

Lo primordial para cualquier entrenador, lo que tiene que dejarlo contento, es reflejar estilo. Si no hay, si no se ve lo que se quiere reflejar en la cancha, hay un problema, por sobre si se gana o se pierde. Ahora bien, si sólo refleja estilo y pierde siempre, tampoco sirve. El estilo nuestro (de Los Leones) está claro hace tiempo, no puedo llegar e imponer un estilo porque sí en la Selección. Reflejar un estilo en la Selección es una construcción más grande.

¿Tiene Chile un estilo?

No lo tiene. Y por eso tenemos que generar algo para que exista uno. Que es lo que pasó en el fútbol. Tenemos que empezar a preguntarnos cuál es nuestra forma de jugar y orientarse hacia eso.

¿Está pensando en un recambio?

Esta Eliminatoria va a ser un desafío de gestión, coordinarse con las ligas, porque no es fácil el calendario de Estados Unidos, distinto al de la FIBA. Pero el recambio tiene que ver con lo que sea mejor para Chile, uno no puede llegar y poner a cualquiera porque es joven. No es la edad, es la calidad. Y la calidad de juego con futuro.

De los extranjeros, ¿a quiénes tiene vistos?

Está Carvacho, Haase, Coro, que no es tan joven, Herrera, Reyes, hay una gran cantidad de jugadores, ya se me van los nombres.

¿A Manny Suárez?

Veré sus números. A estos jugadores hay que buscarlos. Por ejemplo, Maxwell Lorca, un hallazgo del cuerpo técnico anterior, son las cosas que hay que hacer. Y este dato de Suárez, es importante.

Y en Chile...

Todo jugador de la Liga Nacional es un potencial seleccionado.

¿Cómo es su relación con los otros clubes?

Buena, de hecho estoy muy contento porque he recibido felicitaciones de todos.

¿También lo llamó Ureta?

Sí, claro, especialmente, estaba contento.

¿Qué espera de los jugadores?

Que tengan la disposición, que colaboren en algo que para mí es fundamental: darle un valor a la selección. Tuvimos por un tiempo una selección donde daba lo mismo estar o no estar.

¿Era un objetivo de su vida ser DT nacional?

Sí, hay un momento en que uno quiere ampliar el círculo de influencia y poder colaborar. El básquetbol es mi trabajo, mi vida, donde quiero seguir por siempre y lo único que quiero es que el básquetbol sea mejor cada día. Siempre donde he estado he hecho más de mi función asignada. Eso hago en mi club y eso quiero hacer también desde la Selección.