La visita del Papa Francisco a Corea del Sur será la primera de un pontífice a la península coreana en 25 años. Francisco lleva un mensaje de paz y reconciliación a los dos lados del paralelo 38 a la vez que alienta a los católicos de la región a difundir su fe. Estos son cinco aspectos a destacar del viaje de cinco días, que comienza con la partida de Francisco desde Roma el miércoles y su arribo a Seúl el jueves por la mañana.
PASO POR CHINA
El protocolo requiere que el pontífice envíe saludos a los jefes de Estado al atravesar su espacio aéreo. Generalmente, estos telegramas no son dignos de mención, salvo en el caso de China, con la cual la Santa Sede no tiene relaciones diplomáticas desde 1951, cuando el Partido Comunista, oficialmente ateo, tomó el poder e instaló una iglesia por fuera de la autoridad del papa. Por lo tanto, el paso por China le permitirá a Francisco hablar directamente con el gobierno. Cuando el ahora santo Juan Pablo II visitó Corea del Sur en 1989, era un momento de gran tensión y Beijing le negó el permiso a atravesar su espacio aéreo. El chárter de Alitalia pasó por Rusia y Juan Pablo tuvo la primera oportunidad de enviar saludos al entonces presidente soviético Mijaíl Gorbachov, en los que expresó la esperanza de visitar Moscú. Francisco ha intercambiado misivas informales (y privadas) con el presidente chino Xi Jinping, de modo que el telegrama papal ofrecerá al menos la posibilidad de conocer los esfuerzos del Vaticano para establecer una relación con el gobierno de Beijing.
MARTIRES COREANOS
Uno de los actos destacados del viaje será la beatificación, el 16 de agosto, de 124 mártires coreanos muertos por su fe por gobernantes antioccidentales de la dinastía Joseon en los siglos XVIII y XIX. A diferencia de la mayoría de los países donde la difusión del catolicismo fue obra de misioneros, la iglesia surcoreana es singularmente local: miembros de la nobleza coreana descubrieron la fe en el siglo XVIII por medio de libros del misionero jesuita Matteo Ricci traídos desde China. El primer coreano fue bautizado en Beijing en 1784. Bajo la dinastía Joseon, que trataba de aislar la península de las influencias occidentales, murieron unos 10.000 católicos coreanos. Los beatificados fueron fundadores de la iglesia coreana. Juan Pablo II canonizó a 103 de estos mártires en su visita de 1984.
CATOLICOS COREANOS HOY
Hace medio siglo, los católicos constituían el 1% de la población; ahora constituyen el 10% de la población de 50 millones y unos 100.000 son bautizados cada año, de acuerdo con estadísticas del Vaticano. Se espera que Francisco aliente el espíritu misionero de los católicos coreanos y asiáticos en general. La razón principal del viaje es participar en la versión asiática del Día Mundial de la Juventud.
CATOLICOS NORCOREANOS
Según algunos historiadores, había unos 300.000 cristianos norcoreanos en 1953, al finalizar la Guerra de Corea. "Ahora prácticamente todos han muerto, muchos en las llamadas marchas de la muerte, o debido a la pobreza o las persecuciones violentas", escribió el historiador Vincenzo Faccioli en su libro de reciente aparición acerca de los jóvenes y mártires en Asia y la misión de Francisco en Corea. En la actualidad no hay estructuras ni sacerdotes reconocidos por el Vaticano en el Norte. La Arquidiócesis de Seúl invitó a una delegación de cristianos norcoreanos a participar en la misa final del 18 de agosto en la catedral de Seúl, pero el Vaticano dijo la semana pasada que las autoridades del Norte habían rechazado la invitación. Con todo, se prevé que el pontífice pronunciará un mensaje de paz y reconciliación durante la misa.
OTROS INTERESES DE FRANCISCO
Si bien los mártires, los misioneros y la paz son los temas principales del viaje, Francisco tendrá la oportunidad de emitir mensajes sobre otros temas. Durante la misa del 15 de agosto, se prevé que habrá palabras de consuelo para los sobrevivientes del naufragio del transbordador surcoreano en abril, en el que murieron o desaparecieron más de 300 personas, en su mayoría estudiantes. Al día siguiente rezará en un cementerio para fetos abortados y se reunirá con un activista contra el aborto. También recibirá a una delegación de mujeres coreanas utilizadas como esclavas sexuales por las fuerzas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial. Estas mujeres asistirán a su misa por la paz y la reconciliación el 18 de agosto en la catedral de Seúl.