"Vamos a reconstruir nuestras autopistas, puentes, túneles, aeropuertos, escuelas, hospitales y nuestra infraestructura se convertirá en la mejor del mundo".

Son las 4:30 de la mañana en Estados Unidos (dos horas menos en Chile) del miércoles 9 de noviembre y Donald Trump da su primer discurso como presidente electo.

La sorpresa, política hasta ese momento, se apoderaba de gran parte del mundo que no tenía entre sus pronósticos este resultado. Sin embargo, más tarde, también se plasmaría en el mercado financiero, especialmente en las monedas (el peso mexicano se desplomó) y en el precio del cobre, que para el asombro de todos, comenzó un rally al alza que aún no para.

Un día antes de que el magnate se convirtiera en el nuevo líder norteamericano, el precio del metal rojo se ubicaba en los US$ 2,28 la libra, escenario que tenía contentos a varios en nuestro país, toda vez que reflejaba un avance persistente, aunque leve, durante los días previos.

Pero lo que nadie esperaba, se comenzó a revelar en la siguiente jornada, cuando el precio de la principal exportación del país cerró en US$ 2,42 la libra, con un avance sobre el 5%, variación que se mantuvo en esta proporción en los siguientes dos días, finalizando la semana con un incremento de 19,4%, el mayor desde 1979, alcanzando su máximo valor en el año (US$ 2,67 la libra). Sólo desde el miércoles, tras el resultado de la elección, el alza es de 17%.

Si bien las positivas noticias provenientes desde la economía China (el mayor consumidor de cobre en el mundo), que anotó un crecimiento de 6,7% en el tercer trimestre y una inflación de 2,1% en octubre, también habrían estimulado el precio de la materia prima, de acuerdo a los expertos en ningún caso podría explicar el fuerte incremento observado estos días, lo que se atribuiría prácticamente en su totalidad a las promesas planteadas por Trump.

Al respecto, transversalmente los analistas llaman a no sacar cuentas alegres por adelantado, sobre todo en nuestro país, donde el ingreso fiscal por este concepto no es nada menor, ya que por cada centavo adicional en el precio del cobre, ingresan a las arcas fiscales unos US$ 60 millones. en 2016, el metal promedia US$ 2,15 la libra, por debajo de los US$ 2,56 previstos en el Presupuesto del próximo año.

No sobrerreaccionar 

En este contexto, lo que más insisten los analistas es en tener cautela respecto a este fenómeno puntual, y a esperar nuevas señales (más concretas) sobre los planes del presidente electo en EEUU.

Así, Michèle Labbé, economista jefe de Econsult y miembro del Comité Consultivo del Cobre del ministerio de Hacienda, afirma que "lo más probable es que este rally se devuelva en el corto plazo, ya que para que fuera sostenible tendrías que tener a China creciendo mucho, mucho más", sugiriendo que "si me preguntan, aprovecharía de vender todo lo que se pueda hoy día, porque en el fondo sí o sí va a bajar".

Visión que comparte Álvaro Merino, gerente de Estudios de Sonami, quien enfatiza que "es poco probable que el sorpresivo y relevante incremento del precio observado esta semana sea sustentable, por ello considero que hay que tener cautela y esperar a cómo se desarrollen los acontecimientos en EEUU". En este sentido, sostiene que "lo más probable es que pronto veamos una corrección del precio actual".

Asimismo, Susana Jiménez, investigadora de Libertad y Desarrollo, y también perteneciente al comité de Hacienda, concuerda en que este aumento "no es sostenible" toda vez que a su juicio "esta es un alza transitoria, porque los fundamentos base del mercado del cobre no han cambiado, no hay motivos para pensar que la proyección de largo plazo haya cambiado", diagnóstico que apoya Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining. "La sensación que hay es que los fundamentos del mercado, o sea proyecciones de oferta y demanda, no han cambiado mayormente", explica.

El único que plantea una visión más positiva en cuanto al valor del cobre es Gustavo Lagos, académico de la Universidad Católica y experto en estos temas, quien estima que "los inversionistas ya tomaron el riesgo y no van a retroceder", añadiendo que no prevé que esto se revierta en el corto plazo.