El precio del cobre cerró con una baja de 1% ya que persisten los temores sobre la perspectiva de la demanda global.
La fuerte reducción que se vio el martes en los datos de la confianza del consumidor estadounidense, las preocupaciones sobre el financiamiento bancario en Europa y los indicios de menor crecimiento a futuro en China, eran todos factores que limitaban la percepción financiera.
El metal rojo para entrega en tres meses terminó en US$2,95 la libra en la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés), una baja de 1,06% frente a los US$2,98 del cierre del martes. El cobre finalizó con una caída trimestral de 16,7%, mientras que en junio la baja fue 6%.
"Este es un mercado que, desde una perspectiva macroeconómica, no se ve muy robusto", dijo en Deutsche Bank el analista Dan Brebner. "Las condiciones en Europa todavía lucen muy riesgosas", dijo. "Hay dudas con respecto a la posibilidad de que Estados Unidos caiga en otra recesión. La aversión al riesgo probablemente sea elevada".
Pero dijo que había algún interés comprador en Asia, particularmente en China, que creaba algún respaldo en el mercado.
Otro factor que favorecía a los metales era un avance del euro contra el dólar, que hacía más baratas las materias primas denominadas en la moneda norteamericana para los inversores de afuera de Estados Unidos.
Los precios del cobre han seguido de cerca al euro este año, ya que la moneda única ha sido vista como un termómetro de la confianza de los inversionistas en la zona euro.
Un factor que contribuía a la debilidad del mercado fue el hecho de que un grupo de análisis con sede en Nueva York rebajó su índice económico adelantado para China en abril, generando temores de una desaceleración de la expansión económica.