En realidad, Coco Zurita (33 años) se llama Francisco. Esa persona creció en una familia de clase media en La Reina y un día decidió darle un vuelco a su vida: tomó sus recursos y se fue a cumplir su sueño a Norteamérica. Ahí nació Coco, la versión mejorada de Francisco, el nombre que quedó en Chile guardado junto a sus temores. En cambio, Coco es desde hace casi una década uno de los mejores riders del BMX en el mundo. Y ahora, el chileno nuevamente toca la gloria, pues el jueves pasado quedó con el bronce en los X Games 2017, que son algo así como los mundiales de los deportes extremos. Desde Minneapolis atiende a El Deportivo para narrar cómo han sido estos días.
¿Cómo califica este podio en los X Games?
Este logro es muy, muy importante. Ya estar entre los diez mejores atletas del mundo es un logro increíble, pero estar entre los tres es muchísimo mejor. Obtuve mi primera medalla, de plata, en Brasil (2013), y ahora obtenerla dentro de Estados Unidos es increíble. Lo hice en los dos lugares donde está mi corazón. En verdad significa mucho para mí.
¿Valió la espera?
Sí. Que mi plan de siete meses de entrenamientos haya dado resultados en verdad que me dice que podemos llegar al oro pronto.
Al parecer, el BMX no tiene edad. Jamie Bestwick sigue ganando con 46 años. A usted le queda mucho.
Claro. A un largo plazo da para pensar que podré seguir mucho más adelante. Así que feliz. Debo seguir adelante y no parar jamás.
¿Cómo definiría esta edición de los XGames?
En realidad fue muy peleada, porque acá estaban los mejores del mundo. Por suerte el clima me favoreció, no hubo lluvia ni viento gracias a Dios. Como a mí me gusta volar muy alto, el viento y el clima me pueden afectar mucho. Esta vez me ayudó, porque pude hacer los trucos que quería. Mi plan era hacer dos tipos de pasadas, bien arriesgados y por suerte resultó. En la primera pasada pude lograr la medalla.
¿Cuánto demora en preparar su presentación?
Es relativo, pero ésta la venía armando hace dos meses. Vengo perfeccionando los trucos hace nueve meses, es algo que demora mucho, es muy técnico todo. Porque además hay muchos riesgos entre medio y tampoco uno puede avanzar tan rápido porque el riesgo a lesionarse es muy alto.
Usted sabe de caídas ¿Cuántas ha sufrido?
¡Claro! He sufrido roturas de ligamentos, de meniscos, tengo los dos tobillos quebrados, los dos hombros dislocados, esguinces en las manos… Es normal, sin cortar los cortes de pie que pasan a cada rato. Es parte de todo este mundo. En la competencia, por ejemplo, me caí. Es así.
¿Cómo definiría su estilo en el BMX?
Lo que me define es la altura, la velocidad y la agresividad con la que compito. Mi altura se diferencia mucho con la del resto y lo hago a propósito, porque me encanta salir alto y la rampa en la que compito está hecha para eso. No me gusta guardar nada, sino tirar a fondo siempre.
¿Qué viene en su itinerario?
Viene una copa en Alemania, en Frankfurt, que será el 6 de agosto. Y de ahí vuelvo a California.
¿Cómo se recupera un deportista de su nivel tan pronto de una competencia?
No es complicado. Unos tres días de descanso y a entrenar. Soy una máquina y estoy hecho para la guerra. Cuando muera, descanso.
¿Cómo un chileno llega a ser profesional en los deportes extremos?
Hay que motivarse, seguir tu sueño. Los que realmente lo logran son los que no consideran rendirse como una opción. Hay que seguir las metas y luchar por lo que uno quiere. Yo nunca escuché a la gente que me decía que no podría cumplir mis sueños y de ésos hay muchos en Chile. Yo me alejé de ellos.