A nadie dejó indiferente el triunfo del estadounidense Justin Gatlin el sábado, en la final de los 100 metros. Abucheado por el público del Olímpico de Londres desde que se presentó, producto de sus sanciones por dopaje en el pasado, ayer el presidente de la IAAF, Sebastian Coe, comentó su parecer ante la victoria del veterano estadounidense. "Aunque consiguió uno de nuestros premios y es elegible para estar aquí, no elogio a alguien que haya cumplido dos sanciones", dijo el mandamás a la cadena BBC.
En 2001, Gatlin recibió una sanción de dos años por dar positivo por anfetaminas. La sustancia, según el atleta, fue encontrada por una prescripción médica que tomó desde niño para combatir un sindrome de déficit atencional. Cinco años después, el velocista nuevamente dio positivo por testosterona y fue sancionado por ocho años. Sin embargo, la pena fue rebajada a cuatro.
"Hubo dos prohibiciones en el pasado. Una fue rebajada, la segunda sanción, que era de ocho años. Habría sido, en esencia, una sanción de por vida para él. Perdimos eso", dijo Coe respecto al pasado del atleta norteamericano.
Eso sí, sobre el cuestionado Mo Farah, que incluso esquivó a la prensa en la previa a su carrera, descargó elogios. "Los 10.000 metros de anoche (sábado) fueron los más emocionante que vi nunca, junto con aquel histórico duelo Tergat y Gebre", declaró el británico.