Fue una de las imágenes sorprendentes de la jornada. Entre las 12 y las 14 horas, justo en la antesala del partido de Chile, los reportes de largas filas e incluso problemas en los locales de votación comenzaron a llegar a través de redes sociales.

En algunos lugares, como el colegio Santo Tomás de Ñuñoa, la afluencia fue tal que votantes aseguraron que se decidió cerrar temporalmente el recinto, debido a que no había espacio para recibir a más gente.

Incluso, un grupo importante de votantes -como la esposa de Felipe Kast- simplemente decidieron no votar al ver el flujo de asistentes, aunque en su caso se aclaró que lo haría después del partido.

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La explicación más obvia para el fenómeno, por supuesto, fue la final entre Chile y Alemania por la Copa Confederaciones, que partía a las 14 horas.

Sin embargo, varios de los votantes que se encontraron con las colas añadieron otro elemento: el hecho de que las mesas, por ser elecciones primarias, estaban fusionadas, lo que ralentizó el proceso.

Esto porque el Servel genera, para cada primaria, un sistema en que se fusionan tres mesas tradicionales y se convierten en una sola para la elección.

Pero además, existe la facultad de fusionar estas mesas en caso de que haya falta de vocales de mesa, por lo que una mesa puede terminar atendiendo al equivalente de los votantes de seis mesas de una elección como las municipales, parlamentarias o presidenciales.