Debe entender Colo Colo que no siempre bastará con la medida justa. Que un equipo campeón debe ser sólido los 90 minutos y no por pasajes. Ahora fue suficiente para vencer a O'Higgins por 2-1 y quedar puntero del Clausura. La sensación de la victoria, sin embargo, invita al trabajo más que a los festejos.
O'Higgins entra sin complejos al Monumental, lo que no es novedad. Ambas escuadras con un dibujo similar sobre la cancha (3-4-1-2) despliegan de entrada una intensidad que entusiasma . La visita, eso sí, paga caro su atrevimiento, porque antes de los 20 minutos ya pierde por 2-0. Más allá de las pizarras, el estudio y instrucciones técnicas, el fútbol casi siempre se define por detalles que nadie controla. Y hasta la media hora de juego, esas finuras juegan en favor del Cacique.
A los 6', por ejemplo, Esteban Paredes ni siquiera tiene la vista puesta en la pelota. Está en el suelo, pero el disparo de Jaime Valdés le pega en el cuerpo y se desvía a un ángulo imposible para Miguel Pinto. Posiblemente, la jugada de todas formas terminaba en gol. La reglas del juego favorecen al capitán albo, sin embargo.
El segundo detalle se manifiesta a los 19'. Otra vez auspicia a Paredes, quien recibe un pase mágico de Valdés y define solo para el 2-0. Un inicio arrollador en los números, no tanto en el juego. Contundencia, dominio de la situación. O'Higgins se ve obligado a cambiar para mejorar su suerte.
Cristián Arán agita las manos, exige más atención a los espacios que deja Colo Colo por el sector derecho de su defensa. Fernando Meza, el central que se mueve por esa posición, empieza a sufrir con la potencia de Insaurralde. Y Guede, con su tradicional histrionismo, se molesta y se preocupa.
Justo en la media hora, los azares del fútbol se inclinan hacia Rancagua. De la nada, casi como un acto de locura, Alejandro Márquez le pega desde mucha distancia. Su disparo golpea en Insaurralde y descoloca Justo Villar. Gol del argentino, sin querer, pero vale igual.
Se acaba la calma de los locales. Empujados por el descuento, los celestes logran imponer sus términos en la zona media. Por suerte para Colo Colo, ese dominio carece de profundidad. El duelo es muy entretenido, se juega con esa dinámica que gusta. Hay espacios en los extremos de la cancha. Paredes tiene la opción de firmar un hat-trick con un penal, pero su remate se estrella en el travesaño (en el rebote, Esteban anotó de forma inválida por doble toque). El 2-1 se mantiene hasta el descanso.
O'Higgins sale con todo en busca del empate. Al Cacique le cuesta instalarse en cancha, las bandas se le cierran, lo que siempre le complica. Valdés pesa poco como enganche, aunque le mete un pase gol a Vilches, quien falla frente a Pinto. De todas formas, el Capo de Provincia se ve mejor. El yerro le cuesta claro al delantero, porque Guede lo saca por el juvenil Iván Morales.
Paredes prácticamente no entra en juego. El equipo de Arán hace méritos para empatar, mas este deporte no siempre camina con la justicia. Ese gol tan deseado por los rancagüinos nunca llega. Colo Colo sufre, Colo Colo juega mal, termina rezando y se queda con los tres puntos. Es líder Clausura, tiene canasta perfecta. Guede, sin embargo, ya debe pensar en cómo subsanar lo visto en Macul: 20 minutos buenos no siempre alcanzarán para salir festejando.