Pablo Guede festejó la victoria como un barrista más de Colo Colo. Fue un grito de desahogo que, incluso, le provocó una caída a un costado de la cancha. Se desató, pero poco importó. Todas las miradas se fueron hacia Cristopher Gonzales quien, algunos segundos atrás, convirtió el agónico 2-3 que acercó al Cacique a su estrella 32. Ni siquiera los reclamos de Pablo Sánchez, técnico de Everton, opacaron la alegría de un equipo que dio un paso gigante hacia otra corona más en el torneo local.
En conferencia de prensa, Guede bajó las revoluciones. De la euforia pasó rápidamente a la tranquilidad. Pese a ello, se tomó unos minutos para explicar su alocado festejo. "Si no lo celebro, me preguntan por qué no lo celebro. Ahora porque lo celebro, me preguntan por qué lo celebro. Hoy ameritaba celebrar el tercer gol. Fue muy emocionante. Me salió gritar así, y eso provocó que me pegara un porrazo tremendo", dijo el argentino, un poco más tranquilo. "Ganar al minuto 96 no se hace todos los días. Siento que fue más eufórico que emocionante, pero esto termina acá y ahora hay que pensar en Antofagasta", dijo.
La disputa que sostuvo su ayudante, Gustavo Grondona, con Pablo Sánchez no fue tema para el técnico del elenco de Macul. Asegura que no se percató de los reclamos de su compatriota. "No tengo idea qué paso porque yo estaba hablando con el cuarto árbitro. Cuando me di vuelta, pasó lo que pasó. Esto queda ahí y siempre voy a sostener que Vitamina Sánchez es un señor. A cualquier le puede pasar, porque los dos nos estábamos jugando muchísimo. Ellos también tenían la oportunidad de meterse en la lucha por el torneo. Para mí, Pablo es un señor", sostuvo.
Guede siente que venció al rival más complicado que le resta en el tramo final del campeonato. Ahora el Cacique recibirá a Antofagasta, en el Monumental, y visitará a Cobresal, quien lucha por no descender. "No me siento más campeón que antes. Este partido era muy importante para poder disputar los otros dos que vienen. Quedan encuentros muy duros, y nada será fácil. Cualquier equipo complica a cualquiera", cerró.
Minutos después, Esteban Pavez, volante de Colo Colo, no fue capaz de ocultar sus sentimientos: "Sigo un poco nervioso. En el camarín estábamos con la adrenalina a full, seguíamos tensos. Todos esperaban que perdiéramos o empatáramos, y ganamos un partido muy duro. En Colo Colo siempre hay presión, sabemos que debemos salir campeón. Iremos con todo por la 32".
En tribunas, en tanto, Aníbal Mosa no se cansó de regalar abrazos a sus más cercanos. Una vez finalizado el partido, el presidente de Blanco y Negro bajó a camarines a felicitar al plantel: "Dimos vuelta el partido dos veces. Estamos muy felices. Estoy contento por Gonzales porque empieza a mostrar sus armas. También por Alvarito (Salazar) porque sacó dos mano a mano. Todos lo felicitamos y estamos muy contentos con él", dijo el máximo accionista. "Fue un partido infartante. Faltan dos finales, ahora viene Antofagasta y esperamos llenar el Monumental para dar otro pasito. Fue un triunfo colocolino, un triunfo a lo Cacique", cerró.
El resto del plantel se desahogó en las redes. Pajarito fue el más explícito: "Con los huevos de King Kong".
En la otra vereda, los futbolistas de Everton intentaron digerir la derrota con una charla en el camarín de Pablo Sánchez. El DT no quiso hablar con la prensa, pero sí lo hizo Steven Almeida, volante ruletero, quien aseguró que no pudieron cerrar un partido que parecía definido: "El equipo fue golpeado al final. El fútbol no es de quién merece, es de quién mete los goles. Nos vamos dolidos a casa". De paso, se refirió a la disputa que se vivió entre ambas bancas, al final del encuentro: "Fueron cosas fuera de la cancha. No nos percatamos, pero se entiende que fue por la misma dinámica del partido. Fue un ida y vuelta total. Los dos equipos arriesgamos, y son cosas que pasan".