Colo Colo cayó 2-1 frente a O'Higgins de Rancagua, jugando de local y mostrando las mismas deficiencias colectivas e individuales que han marcado la presente campaña. Los albos cerraron un partido olvidable, con un marcador que pudo ser mayor pero con un rival que soltó el pie del acelerador tempranamente con la confianza de la victoria.

El cuadro popular recibía a los de la sexta región sin ningún objetivo deportivo por disputar en lo que resta de campeonato. La única motivación posible era recuperarse luego de la derrota en el Superclásico, y darle las últimas alegrias a la hinchada en una campaña para el olvido. Sin embargo, nada de esto fue posible, y tempranamente el cuadro de Berizzo hizo pesar su superioridad. 

El once titular de Hugo González venía con varias novedades, tomando un sinnúmero de lesiones y suspensiones en el plantel. Así, aparecía Francisco Lara con 18 años aparecía desde el arranque, junto con algunas caras que hace rato no se veían con la camiseta blanca, como Lucas Domínguez, Mirko Opazo y Gerson Martínez.

O'Higgins, que aún se mantiene en la lucha por el título, demostró por qué son candidatos a partir de los primeros minutos. Tomaron la posesión del juego, y a los doce minutos se pusieron en ventaja con un remate cruzado de Gonzalo Barriga que Eduardo Lobos no pudo retener.

La efectividad celeste siguió surtiendo efecto y el paraguayo Juan Rodrigo Rojas aumentó la cuenta en el minuto 18, culminando una buena jugada colectiva y definiendo de gran manera bajo el cuerpo del meta albo.

A partir de este momento, y al notar que la respuesta de Colo Colo era nula, O'Higgins bajó la intensidad y optó por ahorrar energía. El partido era cómodo para la visita y el resto de la primera fracción se dedicó e impedir el progreso del rival con una presión constante que obligaba a los albos a retroceder y resignar sus ofensivas.

En el segundo tiempo apareció un elenco local reordenado, con Facundo Coria en el mediocampo. Aún así, el nuevo aire solo bastó para aguantar el resultado, con la generosidad de un rival que no tenía apuro en aumentar su ventaja. 

El partido se durmió y solo aumentaron las emociones en los diez minutos finales, cuando Esteban Pavez hizo reaccionar al Monumental con un remate furioso desde una larga distancia que dio en el palo e impidió el descuento local.

En la jugada siguiente, el meta Roberto González salvó apenas un globo que se colaba en el arco, reflejo de un Colo Colo que quería dejar prueba de que hubo lucha en el campo de juego, aún cuando ya era demasiado tarde y solo alcanzó para el descuento del propio Pavez en el minuto 89.