Luego del triunfo por 3-0 sobre San Luis, el técnico de Colo Colo, Pablo Guede, descartó cualquier tipo de conflicto entre él y sus jugadores, tras la discusión que protagonizó con Esteban Paredes, el martes pasado, durante una práctica.
Lo hizo molesto, con tono irónico. Estaba hastiado, aunque con la tranquilidad que le brindaba el haber conseguido un triunfo claro ante un rival complicado.
"Sí, me peleé con él (Paredes), me peleé con Orión, me peleé con Fierro, me peleé con Barroso, pero mientras me pelee con todos y corran como corren, me voy a seguir peleando con todos... Mirá si me voy a pelear con el Tanque... Nada más lejos de la realidad (...) No, es que ni roce. Qué te voy a decir. Que sigan inventando, si más no pueden inventar. Que sigan inventando. Me peleé con Barroso; con Orión me peleé en el entretiempo, casi nos agarramos a piñas. Me peleé con Fierro, estoy peleado a muerte con Fierro. Ahora con Esteban, también. Me falta pelearme con Pajarito y con el Mago y estamos completos, pero mientras sigan corriendo...", lanzó el entrenador, que terminó una semana difícil con saldo positivo, ya que, además, Jorge Valdivia, una de sus estrellas, no fue suspendido por el Tribunal.
Y así como terminó la semana pasada, la actual comenzó de la misma forma para el argentino. Es decir, con risas e ironías. Ayer, en el entrenamiento del Cacique se derrochaba alegría. Al menos, ésa fue la imagen que quiso mostrar el club a través de una fotografía publicada en sus redes sociales. En ella, se aprecia a Orión y Paredes tomando de los brazos a Guede y empuñando una mano cerca del rostro del adiestrador, como simulando una pelea.
La imagen estaba acompañada de la siguiente descripción: "Éste es el ambiente que se vive hoy en Colo", frase que finalizaba con una cara feliz y sonriente.
Más allá de estrategias comunicacionales, en Macul sacan cuentas alegres y se entusiasman luego de una fecha redonda para ellos, ya que ningún puntero consiguió sumar de a tres.
El panorama es mejor aún, ya que Guede enfrenta ahora a su víctima preferida: la UC de Mario Salas.
Desde que dirige a los albos nunca ha perdido con los cruzados. El registro es el siguiente: cuatro triunfos y un empate (ver tabla).
El tenue resurgir que se disfruta por estos días en Pedreros contrasta enormemente con el hundimiento del cada vez más desastroso equipo del Comandante.
En San Carlos de Apoquindo el ambiente es cada vez peor. Los resultados no se dan y no hay rastro del buen juego que lució el equipo en 2016, cuando liderado por fenomenal Nicolás Castillo consiguió un bicampeonato y una Supercopa.
El ciclo de Salas está desgastado. Tanto así, que fecha a fecha debe aclarar que no va a renunciar y que llegará sí o sí a fin de año. Todo indica que su proceso terminará ahí, justamente en diciembre, pese a que Universidad Católica sólo aspira a seguir participando del Torneo de Transición: está a tres puntos del último. Penoso.
El colmo para el DT del cuadro de la franja es que ahora tiene en frente a su bestia negra, aquel que lo eliminó en semifinales de la Copa Chile 2016 y que le ganó la última Supercopa por goleada.
Ambos conjuntos se enfrentarán el clásico del próximo domingo, a las 12 horas, en San Carlos. Un duelo que los encuentra en escenarios opuestos.