"Usted es la persona por la que más he rezado", le dijo el Papa Francisco al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el 15 de junio de 2015 en el Vaticano. El entonces incipiente acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC era una de las grandes preocupaciones del Pontífice, que en distintas ocasiones dijo que visitaría el país sólo cuando la paz fuese una garantía real.
Francisco cumplirá su promesa esta semana, cuando el miércoles inicie su primera visita a Colombia -que se extenderá hasta el domingo 10-, con las FARC ya no como una guerrilla, sino que como un partido político: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. El viaje papal se lleva a cabo en momentos en que el país implementa los acuerdos luego que ambas partes firmaran la paz a fines de 2016, tras cinco décadas de un sangriento conflicto armado que dejó más de 260 mil muertos.
Durante su visita, el Papa recorrerá 135 kilómetros por tierra y cuatro ciudades: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Las actividades comenzarán el jueves en la capital colombiana, donde el Pontífice se reunirá con las principales autoridades del país, entre ellos el Presidente Juan Manuel Santos, en la Casa Nariño.
En una columna publicada este domingo en el diario El Tiempo, Santos explicó que el Papa Francisco encontrará "un país que supera un período de su historia que dejó millones de víctimas y dolor".
El Papa Francisco, sin embargo, no se reunirá con ningún miembro del recién formado partido político de las FARC, a pesar de que la ex guerrilla así lo solicitó.
Una de las actividades más destacadas será la misa que efectuará en el Parque Simón Bolívar, en el corazón de Bogotá, donde sus antecesores también realizaron una ceremonia. El viernes, el Papa llegará a Villavicencio, en el centro del país, donde realizará un acto de reconciliación al que se espera que acudan 6.000 víctimas del conflicto armado.
"Dos victimarios y dos víctimas tendrán oportunidad de transmitir un mensaje, ese es un hecho realmente muy significativo de esta visita", explicó el jueves el Vicepresidente colombiano, Oscar Naranjo.
El sábado, el Pontífice se trasladará a Medellín para al día siguiente finalizar su visita en Cartagena de Indias, donde se realizará una misa en el área portuaria de Contecar.
La gira papal por Colombia estará también marcada por un fuerte contingente de seguridad, que contará con unos 36.000 militares y policías y cerca de 33.000 voluntarios preparados por la Iglesia.
Sólo en la capital, habrá 14.411 miembros de distintas unidades de la Policía, además de 3.600 militares que se encargarán de velar por la seguridad del Pontífice. Según la policía colombiana, se estima que en todo el país 4,5 millones de personas tengan contacto en algún momento con el Papa.
De acuerdo con Naranjo -ex director de la policía colombiana- el esquema para proteger al Papa Francisco será parte de un "mecanismo amplio" que tendrá "una seguridad discreta, no armada en el primer anillo de manera visible, y muy soportada en tareas de inteligencia previa". "Hemos hecho un estudio muy detallado, yo diría metro a metro, de los 135 kilómetros que recorrerá su santidad en Colombia, en las cuatro ciudades", explicó Naranjo la semana pasada.
Papamóvil
Para la visita de Francisco se utilizarán tres Papamóviles, especialmente construidos para la ocasión sobre modelos Chevrolet Traverse, en la planta de la empresa estadounidense General Motors en Bogotá. Uno de ellos tendrá en su parte frontal el escudo del equipo de fútbol favorito del Pontífice, el club San Lorenzo de Almagro. El segundo vehículo mostrará una imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona y reina de Colombia. El último Papamóvil tendrá la frase escrita "hecho con mucho cariño por manos colombianas", aseguró el gobierno, que la semana pasada exhibió un prototipo del modelo.
Los vehículos están especialmente adaptados para que quepa la silla papal, que puede girar en 360 grados y una escalerilla con una alfombra roja.
El responsable de la visita del Papa, el monseñor Fabio Suescún, reconoció que aún faltaba resolver "pequeños detalles" de "última hora". Pero el gobierno ha estado empeñado en pactar un tema clave, el alto el fuego temporal con la última guerrilla activa de Colombia: el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ambas partes llevan meses barajando la posibilidad de declarar un cese al fuego con el motivo de la visita. En ese sentido, las conversaciones entre ambas partes continuarán este lunes.
El gobierno le exige a la guerrilla que renuncie al secuestro, los atentados contra oleoductos, a las minas antipersonales y el reclutamiento de menores. Por su parte, el ELN espera un "compromiso más fuerte" para detener los asesinatos de líderes sociales.