Mientras los equipos de rescate luchaban este domingo contra el tiempo para encontrar sobrevivientes, miles de personas acudían a la morgue o al cementerio con la intención de obtener información sobre familiares o amigos desaparecidos tras el aluvión provocado por el desborde de tres ríos que atraviesan la ciudad de Mocoa, capital del departamento de Putumayo, ubicada en la región amazónica de Colombia, cerca de la frontera con Ecuador.
Entre ellas estaba María Dilia Tisoy, quien buscaba a sus tres hijas -de 4, 13 y 22 años- a quienes vio por última vez el viernes, horas antes de la tragedia. "Estaba desesperada, el celular de mi hija mayor sonaba y tenía la esperanza que hubieran alcanzado a escapar. Poco a poco fui perdiendo todo, su celular se apagó y comenzó mi tortura", relató la mujer al diario colombiano El Tiempo, mientras caminaba de un lado a otro con las fotos de sus hijas. Dramas parecidos se repiten entre los cerca de 45 mil habitantes que posee la ciudad.
El Presidente Juan Manuel Santos visitó este domingo nuevamente la región, acompañado por una comitiva conformada por sus ministros del Interior, Juan Fernando Cristo; de salud, Alejandro Gaviria; de comercio, María Claudia Lacouture; de vivienda, Elsa Noguera; y de transporte, Jorge Eduardo Rojas.
"He venido a resolver los cuellos de botella que estén presentes para que la parte humanitaria fluya con más facilidad y desde ahora comenzar la etapa de la reconstrucción", dijo el mandatario, agregando que de la cifra de 207 muertos que contabiliza el gobierno colombiano, 43 son menores de edad y entre 84 y 85 víctimas ya han sido reconocidas, lo que él calificó como una cifra alta "frente a las circunstancias".
Sin embargo, al factor climático se suman las críticas del director de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía (Corpoamazonía), Luis Alexander Mejía, publicadas este domingo por el diario local El Espectador.
Según Mejía, "hace nueve meses, cuando hicimos un taller con el Servicio Geológico Colombiano, advertimos que esto podía pasar por el uso inadecuado de los suelos que agrava este tipo de eventos". Según datos proporcionados por el periódico, Putumayo se convirtió en el quinto departamento de Colombia que más pérdida de capa vegetal ha tenido, pues hasta 2015 habían sido deforestadas 9.000 hectáreas.
La deforestación, de las zonas aledañas a los asentamientos humanos, asociada a la ganadería extensiva irresponsable y los cultivos ilícitos, en una zona cuya economía está basada en la agricultura y las actividades comerciales, son factores claves para el resultado de las lluvias que en pocas horas registraron 600 milímetros en una zona donde precipitan unos 10.000 milímetros de agua al año.
"Cuando quitamos la cobertura vegetal, la tierra, que está compuesta en gran parte por ceniza volcánica, se impregna de humedad y con el agua de lluvia se causan estragos", concluyó Mejía.