El Presidente colombiano Juan Manuel Santos dejó el miércoles en pausa las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras varios ataques de la guerrilla, que pidió pactar un nuevo cese el fuego bilateral para continuar los diálogos.

Los atentados en varias zonas del país se produjeron horas después del final de un alto al fuego y a la espera de una reunión inminente este miércoles en Ecuador para negociar las condiciones de uno nuevo, ya que tanto los rebeldes como el gobierno habían expresado su intención de mantener el cese de hostilidades.

"Inexplicablemente, el ELN reanudó sus ataques esta madrugada, justo el día en el que se debía iniciar el nuevo ciclo de negociaciones", dijo Santos en un breve discurso por televisión en el que condenó los ataques y detuvo el inicio del quinto ciclo de diálogos de paz con el ELN previsto para esta semana. "El gobierno nacional estuvo siempre dispuesto a prorrogar el cese al fuego con esa organización", añadió.

"La mesa dio un salto cualitativo al desarrollar las conversaciones en medio de un cese, por lo que nos mantenemos en la decisión de darle continuidad a este logro pactando un nuevo cese", agregó desde Quito el jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, antes de exigir al gobierno que proponga una nueva fecha para reiniciar los diálogos. "Yo no tengo problema en esperar, pero si no me dan una respuesta, quiere decir que yo tengo que retirar la delegación", advirtió.

Gustavo Bell, jefe negociador del gobierno, viajará de Quito a Bogotá para "evaluar el proceso" con Santos. Aunque la decisión no supone por ahora una suspensión de las negociaciones -el resto de la delegación permanecerá en Ecuador-, no está claro cuándo se reanudarán las pláticas.

Naciones Unidas, la Iglesia Católica, miembros de la sociedad civil y gobernadores de algunos de los lugares más afectados por el conflicto habían pedido mantener la suspensión de la actividad armada entre el ejército y el grupo rebelde mientras las partes pactaban las condiciones para su prórroga.

Desde la sede de la ONU en Nueva York el vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, dijo a la prensa que el ELN ha despreciado la disposición del gobierno al diálogo.

"No hay duda de que la voluntad de paz del jefe de la república es indeclinable, pero también esa voluntad de paz debe corresponder a expresiones de voluntad y a hechos concretos que permitan avanzar", señaló Naranjo.

El vicepresidente habló con los periodistas tras participar en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para evaluar la situación de la misión que el organismo internacional mantiene en Colombia y que monitorea el cumplimiento del acuerdo de paz histórico entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de 2016.

La ONU anunció también que su Secretario General, Antonio Guterres, viajará este sábado a Bogotá en apoyo a los esfuerzos por la paz. Ecopetrol, la mayor petrolera de Colombia, informó que el oleoducto caño Limón-Coveñas, el principal del país e histórico blanco del ELN, había sido atacado en tres puntos en la mañana del miércoles.

"Estos atentados... son una afrenta directa a las comunidades", dijo Bell desde Quito después de describir cuatro acciones violentas a manos de la guerrilla, incluido el lanzamiento de una granada a miembros del ejército.

Las fuerzas armadas recibieron la orden de Santos de actuar "con contundencia" para responder a los actos del ELN que, con unos 1.500 combatientes, es el mayor grupo rebelde del país tras el desarme de las FARC.

En menos de una hora, el Ministerio de Defensa anunció la captura de dos miembros del ELN a los que acusó de posesión de armas y acciones terroristas.

Los rebeldes aseguran haber cumplido en general con el cese del fuego durante estos tres meses, lo que incluí­a renunciar al secuestro, al reclutamiento infantil y a los ataques contra la infraestructura a cambio de que el gobierno relajara la situación de los presos y protegiera a los lí­deres sociales de las zonas rurales.

Sin embargo, la guerrilla violó ese pacto en dos ocasiones con ataques que dejaron un total de 14 muertos y acusó al gobierno de haber incumplido su obligación de alejarse de sus combatientes.

El gobierno de Colombia empezó a negociar con el ELN en febrero del año pasado, pero la tortuosa integración de los rebeldes tras su desarme desalienta a esta guerrilla sobre el futuro de sus combatientes.

Esta pausa en las negociaciones representa un revés en la trayectoria pacificadora de Colombia y puede estar relacionada con las disensiones dentro del mismo ELN para evaluar los resultados del cese al fuego, según Adam Isacson, de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos.

A diferencia de las FARC, el ELN tiene una jerarquí­a más confusa que dificulta el consenso interno y el experto aseguró que en general, el proceso ha sido más lento y ha tenido más tropiezos.

"Es difí­cil imaginar que algo sustancioso está pasando (en los diálogos)", dijo. "Lo mejor que se puede esperar es que no se suspendan"