Fundada por los romanos, Colonia es una de las ciudades más antiguas de Alemania, pero, a la vez, una de las más juveniles y alegres. Su enorme catedral es el edificio gótico más famoso del país y sus desenfadados Carnaval -cinco días antes del Miércoles de Ceniza- y Parada Gay congregan a locales y a miles de visitantes. En esta ciudad, ubicada a orillas del río Rhin y más cercana a la frontera con Bélgica que de Berlín (aunque hay trenes que la conectan con todo el país, como el ICE y las principales ciudades de Europa, www.treneseuropeos.cl), historia y modernidad se funden constantemente. Es una animada urbe universitaria, una verdadera galería de arte, llena de museos y exposiciones, repleta de bares y, se dice, con la mayor cantidad de cervecerías en el mundo. También, con un aroma único: el del Agua de Colonia, ya que fue aquí que Johann Maria Farina creó, en 1709, la más famosa mezcla aromática, que por su frescura aplastó el reinado de los hasta entonces pesados perfumes franceses. Puede conocer la casa de 4711 (Glockengasse 4), que fue la primera marca en comercializar el eau de cologne a nivel masivo, claro que 100 años después de su invención. Muy cerca está el Museo del Aroma, en la Casa Farina, que recrea 300 años de cultura aromática y muestra cómo desde reyes a la alta burguesía pagaban lo que fuese por la esencia.

DE LA GUERRA A LA PAZ
El centro de Colonia fue prácticamente arrasado para la Segunda Guerra Mundial, se dice que más del 80% de los edificios fueron destruidos. La catedral se salvó porque sus enormes torres servían de referencia a los pilotos aliados (fue hasta 1884 el monumento más alto del mundo, con 157 metros). Por ello, la ciudad tiene una mezcla de arquitectura contemporánea, edificios rupturistas de destacados arquitectos y una docena de iglesias románicas, levantadas entre los siglos V y XIII y que en su mayoría fueron restauradas.

A escasos metros del templo mayor está el Museo Ludwig, cuyas salas reúnen una de las mejores compilaciones de arte moderno de Europa. Picasso, expresionismo alemán, pop art y vanguardia rusa figuran entre ellas.

Caminar por la Hohe Strasse o calle del Gran Comercio, es transitar por una vía que tiene dos mil años y es, también, toparse con un comercio variado y animado. Para algunos, un paraíso del shopping donde se suceden librerías, muchísimas tiendas de ropa de marca y diseño, perfumerías y muchos bares -donde se toma principalmente la cerveza kölsch, dorada y de alta fermentación- y son sitios que hablan de una ciudad universitaria y turística.

Para quien busca una muestra diferente, a orillas del río una dulce sugerencia: el Museo del Chocolate, donde se expone no sólo la historia del cacao y su producción, sino que también se pueden conocer las más diversas variedades de chocolate, ver la fabricación de barras, trufas y figuras. Su cafetería, con vista al Rhin, expele un adictivo aroma que deja a en una especie de trance (7,5 euros).

Para refrescar una noche de verano, un sitio del todo recomendable es Bierhaus en D'r Salzgasse, absolutamente tradicional -funciona donde estaba una fábrica de cerveza de 1838- y es una taberna donde se venden "comidas para acompañar la cerveza", y no al revés.

GUIA
DONDE DORMIR
NH Koeln City. Desde 80 euros, ubicado a pasos del centro. La cadena tiene otro hotel aquí. www.nh-hoteles.com

COMO LLEGAR
Tam Airlines vuela a Frankfurt via SaoPaulo, desde US$ 988, más tasas de embarque. www.tamairlines.com