No debiera asombrar el modesto escándalo protagonizado por quienes morían de ganas de expresar su repudio por la visita papal. La puesta en escena incluyó atentados vandálicos contra instalaciones eclesiásticas y ásperas interpelaciones de damas y caballeros de diversas sensibilidades y referentes. A algunos chilenos todo eso quizás les pareció un arrebato fuera de lugar e inconducente, pero ya debiéramos saber que la ciudadanía tiene dificultades para mantener sus disgustos bajo control en vez de atizarlos en el seno de una horda; la virtud capital de la tolerancia y ojalá indiferencia no tiene cabida cuando reinan tiempos de tan democrática exaltación anímica. Recuérdese que se han espetado insultos hasta contra un bus por el cartel que acarreaba. Ya no hay postura u opinión que no se publique en las redes para en el acto convertirse en "movimiento", en protesta o en "ismo". El fenómeno recluta un masivo elenco: acólitos, militantes, activistas, combatientes, ayudistas, apóstoles y predicadores. A ellos se suman los comunicadores dispuestos a avivar la cueca por simpatía doctrinaria, los que hacen vista gorda por miedo a entrar en la lista de enemigos y los políticos inclinados a dejar actuar a los enardecidos por si eso se traduce en alguna ganancia. En La Araucanía ya hemos visto miles de esos extras en acción.

Resignación

Los escasos amigos de la paz y el sentido común que van quedando tienen que resignarse. Recuerden: los activistas y sus zalagardas son una constante histórica. Casi no hay sociedad libre de su perpetuo rezongar, agitarse y movilizarse, pero sobre todo no la hay en estos días, cuando "democracia" ha llegado a equivaler a una descomunal pandemia de hervores hormonales. Escasea el buen juicio y sobra la devoción. Las causas son a veces temporales -como la suscitada por la visita papal- y otras duraderas; en este último caso hablamos de pacientes desahuciados por la ciencia psiquiátrica, víctimas irrecuperables de credos devoradores, obsesivos, intolerantes y violentos en su retórica y a veces también en sus actos.

¿De dónde viene tanta iracundia? Las fuentes pueden ser escándalos y abusos impunes, las revelaciones de un mesías, las promesas de un profeta, los dislates de un ideólogo o hasta, como en el islam, una remota discusión del siglo VII d.C. acerca de quién era el verdadero heredero espiritual y terrenal de Mahoma. Algunos "ismos" derivan de doctrinas científicas o con pretensiones de serlo pero convertidas en catecismo para alimentar espiritualmente una causa, cosa imposible si no se crea un "movimiento", a su vez imposible si no se llega a la masa y esta de acceso imposible si no se lleva la doctrina a la caricatura. No se moviliza a nadie con las transformaciones de Lorentz, pero sí con un llamamiento del tipo "No+AFP" . Es la banalización la que da existencia al "ismo".

De verdad a dogma

El núcleo originario de un "ismo" pudo ser mucho más que una suma de clichés y llamamientos a "la lucha". En su médula a menudo se encuentran proposiciones razonables, pero eso ni calienta ni moviliza y peor aun, no cambia nada; lo "razonable" está repleto de matices, explica lo que es como resultado de lógicas y/o procesos inevitables, acepta la realidad, se goza en su comprensión teórica y por todo eso tiende -TIENDE- a acercarse a la postura de Buda, al disfrute intelectual del quietismo contemplativo. Y frente a eso los oponentes a dicha propuesta razonable, aliviados ante tan escaso empuje, tampoco hacen nada. Esta resistencia porfiada de lo que ES contra lo que debería ser está detrás del 90% del nacimiento de los "ismos".

Hay excepciones, ideólogos que no se quedan en el Verbo y la Teoría y en su activismo llegan al asesinato al estilo del terrorista americano apodado "Unabomber", pero movilizar significa mucho más que enardecer a un profeta solitario; significa sacar de su torpor a gente común y corriente y eso entraña despertar sus emociones para uncirlas a una causa que, al menos en el palabreo, tenga relación con sus intereses materiales y subjetivos. No siendo estos, normalmente, de muy elevada factura, ahí mismo comienza la simplificación. Para espolear al adormilado ciudadano ha de agregarse, además, un blanco contra el cual pueda dirigir los odios y rabias que son el fruto venenoso de sus frustraciones. No habría habido un Ku Klux Klan con meras disquisiciones raciales y eugenésicas de salón, si no se requería también crucificar y quemar a un negro desvalido de tanto en tanto. En una variante más grata de ese principio el dramaturgo Peter Weiss se preguntaba -en Marat-Sade- "qué sería de la revolución sin una general copulación". No basta predicar la "solidaridad", debe colgarse del árbol al pecador que no comulga. Curioso, pero nada incita más el Odio que un llamamiento al Amor. Es el consabido paso de la teoría al dogma y del dogma al linchamiento.

Chile

¿Qué "ismos" proliferan en Chile? Hay muchos y algunos tuvieron o aún tienen, bajo capas y capas de mala semántica y emocionalidad, un meollo razonable. El estante del supermercado dedicado a los movimientos progresistas ofrece animalismo, ecologismo, feminismo, vegetarianismo, radicalismo, comunismo, socialismo, liberalismo, antipapismo (por agotarse), nihilismo y de seguro pronto ofrecerá varias corrientes más, aun por inventarse. Clientes naturales son los jóvenes por toda clase de razones: deseo de "ser parte" de algo, necesidad de crearse identidades glamorosas, disponer de blancos para descargar sus frustraciones, un territorio donde probar fuerzas, el afán por la aventura y huir del tedio y de las responsabilidades estudiantiles, de la competencia y de la jodida vida a fin de cuentas. Esa mezcla se llama "afán de justicia". Se suman los adultos y hasta ancianos que o han regresado a esa etapa o nunca salieron de ella.

Ottone

Los que sí salieron son personas como Máximo Pacheco, cuyas palabras sobre el descuido del PS y la NM acerca del tema económico caerán, como anunciamos, en oídos sordos. Lo mismo vale para lo escrito por mi estimado y brillante colega Ernesto Ottone respecto de cómo la izquierda debiera repensar su repertorio de ideas y proclamas. Todo eso caerá, a su vez, en ojos ciegos. Individuos aislados o en pequeños paquetes pueden hacer la transición y hasta hay un grupo proveniente de la decé en ese predicamento, pero una golondrina no hace verano y menos un aggiornamiento. En tanto que colectividades con timbre de agua y sede social, a veces también provistos de cuantiosos fondos, de seguro seguirán orando al periclitado Dios de costumbre; ya no levanta a nadie de su tumba, no cura al paralítico, no convierte en pianista al manco ni asegura pitutos estatales, pero es una divinidad a la que han dedicado todos sus afanes y hay un largo hábito de persignaciones; es un modo de vida, una trampa sin salida.

Nostradamus

Si Nostradamus viviera tal vez escribiría una vez más la siguiente cuarteta:

Tras larga ausencia de los dos grandes luminarias,

Que ocurrirá entre abril y marzo:

¡Oh qué precio!: pero dos grandes generosos

Por tierra y mar socorrerán en todas partes.

¿Qué significa? Vaya a saber uno, pero quizás significa que entre marzo de este año y un abril más lejano los partidos de la NM en su conjunto se apagarán políticamente, sufriendo la misma suerte que el Partido Radical sufrió desde 1958 en adelante, una lenta o rápida caída en la irrelevancia y a la condición de sociedad de socorros mutuos y/o secta para ancianos aburridos; mientras tanto los jóvenes que ahora militan en alguna de las 14 fracciones del FA saltarán de una sensibilidad extrema a otra, luego del extremo al centro, de la fe al escepticismo, del ánimo entusiasta al reposado, de lo utópico a lo realista. Será en medio de ese fenomenal barullo que emergerá otra política, otros nombres, otras corrupciones, otras decepciones y otros logros escasos y de mediano calibre. Será el socorro viniendo por tierra y mar. Ite missa est.