Se acabaron los guiños y los coqueteos. Empezó el combate. En las últimas dos semanas, los cruces de palabras y declaraciones entre personeros de la Nueva Mayoría y el Frente Amplio han ido escalando hasta involucrar en el enfrentamiento a dos de las cartas presidenciales del oficialismo, Ricardo Lagos y Alejandro Guillier, dando cuenta de un quiebre que parece ser definitivo entre dos mundos de la izquierda chilena.
"No le tengan miedo a la izquierda, al Frente Amplio (...), es renovación, posibilidad de hacer alianzas. No hay que confundir a los rivales, los rivales están en la derecha", les decía el 13 de marzo el candidato presidencial del PR, Alejandro Guillier, a miembros de las juventudes de la Nueva Mayoría que se manifestaban reticentes a la posibilidad de buscar acuerdos políticos, con miras a una eventual segunda vuelta, con actores del Frente Amplio, algunos de los cuales -como los miembros de Revolución Democrática- habían trabajado juntos hasta sólo unos meses en el gobierno, o a otros a quienes conocían de años, por familiares que aún están en el oficialismo.
"Nosotros no seremos el salvavidas de una candidatura que hoy no tiene ni perfil ni proyecto político claro", fue la respuesta inmediata que recibió el senador de parte de uno de los voceros del Frente Amplio y presidente de RD, Sebastián Depolo.
En una carta pública dirigida a Guillier, el naciente bloque de izquierda cerró de un portazo toda posibilidad de aproximación. "A la Nueva Mayoría la conocemos, la hemos visto con los casos de financiamiento ilegal de la política o el pago de parlamentarios(as) para que voten a favor de los grandes conglomerados en el Congreso, y el senador Guillier no escapa de esta situación". "Mientras Alejandro Guillier sea parte del proyecto de la Nueva Mayoría, no tenemos nada que conversar con él", se leía en la misiva.
Con una derecha al frente aglutinada tras la figura del ex Presidente Sebastián Piñera, quien mantiene la pole position en las encuestas para retornar a La Moneda -pese a los cuestionamientos por sus negocios y a tener a varios ex colaboradores en la mira de la fiscalía en causas de cohecho y financiamiento ilegal de la política-, desde el oficialismo pretendieron hacer oídos sordos al mensaje que enviaba el Frente Amplio.
Una semana después, el 22 de marzo, las señales desde el oficialismo hacia el FA arreciaron. "Me gustaría escuchar el enfoque del Frente Amplio para enfrentar a la derecha, porque la derecha es el adversario", escribió a través de su cuenta de Twitter el ex mandatario Lagos, a quien los movimientos sociales aglutinados en el nuevo referente de izquierda suelen enrostrarle los efectos de políticas públicas que impulsó durante su gobierno, como el CAE y el diseño del Transantiago. "El mundo progresista puede tener tendencias, variantes, pero aquí hay un Chile que quiere cambios (…) y esos chilenos tenemos que, finalmente, saber distinguir hasta dónde competimos y hasta dónde tenemos intereses comunes y una visión común del país", planteó a su vez Guillier. Más frontal, el diputado y ex timonel del PS Osvaldo Andrade sentenciaba que "la vocación del Frente Amplio no es gobernar, sino infligir una derrota al PS, PPD y PC".
La ofensiva del oficialismo fue tema de discusión en la mesa política del Frente Amplio, donde hay representantes de las 13 fuerzas que conforman hasta ahora este nuevo bloque político. Para el organismo responsable de hacer semanalmente un análisis político, construir el relato comunicacional del conglomerado que luego será transmitido por los voceros y organizar los grupos de trabajo, lo que había detrás de estas declaraciones de la Nueva Mayoría era "una suerte de chantaje a la izquierda" para apoyar "al mal menor" a fin de vencer a la derecha.
Los llamados al Frente Amplio coincidían con un esfuerzo del oficialismo por "pinochetizar" la campaña, amparados en la visita de la timonel de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, a los presos de Punta de Peuco a sólo días de proclamar a Piñera como su abanderado presidencial y a los gritos de "Viva Chile y Pinochet" en el acto de Quinta Normal, donde el ex mandatario anunció su disponibilidad para encabezar una nueva carrera a La Moneda.
"No nos sorprende que la Nueva Mayoría haya estado estas dos últimas semanas, desde que se anunció la candidatura presidencial de Beatriz Sánchez, golpeándonos de manera tan dura. El Frente Amplio no va a funcionar en la lógica del mal menor, una estrategia de manipulación que siempre ha usado la Concertación y ahora la Nueva Mayoría para colocarnos a los alternativos en el deber de apoyarlos para vencer a la derecha. La Nueva Mayoría quiere aparecer como si fuera algo distinto a la derecha, cuando uno revisa los proyectos de ley, cuando uno ve que la salud, la educación, las pensiones están igual de mal con la derecha o con la Nueva Mayoría, no se sabe cuál es el mal menor", afirma el presidente del PH y miembro de la comisión política del Frente Amplio, Octavio González.
"El tiempo del mal menor ya se terminó, nosotros hemos definido no seguir subyugados a ese elemento que ha entorpecido la política de nuestro país", añade Cristián Cuevas, fundador del movimiento Nueva Democracia.
La decisión de los dirigentes del FA esta semana fue leída en la Nueva Mayoría más como un acto de arrogancia y de falta de manejo político que como una definición política colectiva. "Hay una dificultad crónica de construir acuerdos, porque piensan que eso es traición", les espetó Guillier. "Actúan creyendo que tienen una amplia superioridad moral", les enrostró Lagos, quien calificó a los dirigentes del Frente Amplio de "jóvenes irrespetuosos". Desde Estados Unidos, el embajador y militante socialista Juan Gabriel Valdés ironizó a través de su cuenta de Twitter con que algunos parecían "bañados en agua bendita".
En el Frente Amplio aseguran que no hubo una estrategia comunicacional de salir a golpear a Guillier y Lagos en los últimos días, pero es claro que en las dos principales cartas presidenciales del mundo socialdemócrata de la Nueva Mayoría se concentraron las críticas. "Guillier se está acercando cada vez más a la imagen de Ricardo Lagos, con dichos propios de un político de la transición", señaló el alcalde de Valparaíso,Jorge Sharp, el único edil del Frente Amplio.
En el nuevo conglomerado de izquierda aseguran que la diferenciación con la Nueva Mayoría no es una definición de último minuto. En el documento con el que el Frente Amplio anunció su lanzamiento en un acto en la Escuela de Artes y Oficios de la Universidad de Santiago, el 21 de enero, el naciente bloque advertía que "disputaremos todos los espacios políticos a la Nueva Mayoría y a Chile Vamos". Una frase que dirigentes del Frente Amplio, entre ellos el diputado Gabriel Boric, han repetido varias veces en las últimas semanas.
Para los dirigentes del Frente Amplio es la única forma de que el bloque se mantenga en el tiempo, se transforme en una alternativa política a las dos grandes alianzas ya existentes y no termine siendo una plataforma testimonial, como ocurrió en elecciones pasadas con Juntos Podemos Más.
Fueron algunos dirigentes del Partido Igualdad, que ya habían participado de esos fallidos intentos por aglutinar al mundo alternativo, los primeros en poner sobre la mesa la pregunta de qué harían en una segunda vuelta. Ocurrió a comienzos de enero, en las reuniones preparatorias para el lanzamiento del Frente Amplio. Allí recordaron cómo se había terminado desmigajando el pacto Juntos Podemos Más, luego de que el PC decidiera, por su cuenta, apoyar a Bachelet en la segunda vuelta presidencial de enero de 2006.
La opinión mayoritaria en la comisión política del Frente Amplio, en ese momento, fue dejar en libertad de acción a sus militantes, pero no es un tema zanjado. "Me gustaría que el Frente Amplio actuara como bloque en esa segunda vuelta", afirma Depolo. Pero, como reconoce Karina Oliva, presidenta de Poder Ciudadano y vocera del Frente Amplio, "ha habido muy pocas conversaciones sobre una eventual segunda vuelta en la que pase la Nueva Mayoría. Hasta el momento es algo que se está resolviendo, porque hay distintas posturas".
A pesar de las pocas discusiones que se han realizado al interior del Frente respecto de este tema, algunos movimientos han esbozado sus posturas. Por ejemplo, en la interna se comenta que Igualdad, Izquierda Libertaria y sectores del Movimiento Autonomista se inclinan por votar nulo en una segunda vuelta entre Piñera y un candidato de la NM. Nueva Democracia y el Partido Liberal también son cercanos a la idea de no votar por nadie. Otros, como el Partido Poder Ciudadano y el PH están a favor de dejar en libertad de acción a sus militantes, mientras que en RD creen que sería irresponsable llamar a anular el voto.
Este debate al interior del Frente Amplio, en todo caso, se va a profundizar después de la consulta ciudadana del 28 de mayo, en la que definirán al abanderado presidencial del bloque.
"Hoy día, el Frente Amplio tiene la posibilidad, si hacemos muy bien el trabajo, de ser quienes pasemos a la segunda vuelta", asegura Oliva. "La pregunta que yo haría, entonces, es a ¿quién apoyaría la Nueva Mayoría si nosotros pasamos a segunda vuelta", remarcó Felipe Valdebenito, miembro de la coordinación nacional del Movimiento Autonomista y precandidato a diputado por La Araucanía.
La influencia de "Podemos" en el Frente Amplio
Fue en febrero del año pasado cuando el diputado Gabriel Boric viajó hasta España para reunirse con el líder de Podemos -partido de izquierda fundado en 2014 que se convirtió en la sorpresa de las elecciones parlamentarias hispanas de ese año-, Pablo Iglesias. Allí, entre "vinos ajerezados", el ex dirigente estudiantil describió el encuentro como una "muy buena conversa".
En todo caso, los nexos del Frente Amplio chileno con el partido español son más profundos. Fue el dirigente de Revolución Democrática, Sebastián Depolo, quien viajó en 2016, como parte de la comitiva internacional que vigiló las votaciones en apoyo a Podemos. También viajó en otra oportunidad el ex dirigente y diputado Giorgio Jackson, junto a Boric, a Barcelona, y Cristián Cuevas, el ex líder sindical y fundador de Nueva Democracia. Si bien desde el Frente Amplio han planteado que su inspiración más cercana es el modelo uruguayo -que llevó a la presidencia a José Mujica y al actual mandatario Tabaré Vázquez- por las similitudes de sus sistemas políticos presidencialistas, mientras que el caso español responde a un sistema parlamentarista, han reconocido su admiración por la capacidad que tuvo Podemos de alinear a los movimientos de izquierda en una fuerza.
Desde el naciente conglomerado chileno aseguran que existe una relación cercana con dirigentes del partido de izquierda español desde 2011, con quienes existe un "diálogo político permanente", especialmente con la línea de Iglesias, quien es menos proclive a crear alianzas con los otros partidos más tradicionales de la izquierda ibérica.